Congresos y Jornadas Didáctica de las lenguas y las literaturas. | Page 162

La decisión de desalojar la gramática de las aulas o asignarle un lugar secundario implicó no advertir que se trataba de un problema de la teoría gramatical adoptada, al método de abordaje, a una mirada inmanente de la gramática, que no consideraba, para momentos posteriores, el vínculo entre gramática y discurso. Ahora bien, de allí a decir que la gramática está alejada del uso es una exageración o una afirmación improcedente. Precisamente porque sin el sistema, el uso es, no sólo inaccesible, sino imposible. Quizás se quiso poner en evidencia que la sola teorización, el solo formalismo, solo el sistema, sólo la deducción, la explicitud, el objeto oracional como único y solo la abstracción eran improcedentes. Pero tal posición de ningún modo puede habilitar a que la exclusión de la gramática esté debidamente fundada. Además, se creyó que, eliminando la gramática y abordando los textos, mejorarían las posibilidades comprensivas y expresivas, lo que no sucedió ya que el abordaje texto-discursivo también se redujo a un listado de propiedades de los textos( estructurales o composicionales y estilísticas), que tampoco incidió en la mejora esperada.
Como he dicho, admito primero las fuertes diferencias entre las propiedades y el funcionamiento de la gramática – oración- y el texto-discurso; sin embargo, la confrontación no opera en términos de las oposiciones analizadas sino en los alcances de cada uno y, más importante aún, en la estrecha relación que mantienen ambos, derivada precisamente del carácter diferencial: son tan diferentes y, simultáneamente, complementarios en tanto constituyentes y manifestaciones del lenguaje como un objeto complejo. Así, nuestra mirada sobre la enseñanza de la gramática y de la lengua apunta a una conciliación de antinomias, partiendo del supuesto de que no puede programarse la enseñanza de la lengua sin el conocimiento gramatical, al tiempo que una gramática para la enseñanza no puede implicar la mera acumulación de conocimientos sobre el objeto, sino que exige precisarlos y reorientarlos en función de los fines y destinatarios de esa enseñanza.
En este material he reivindicado la formación gramatical de docentes y alumnos en la educación sistemática, es decir, en los cursos de Lengua, en el contexto de cierta renuencia de docentes y expertos en Lengua respecto del abordaje de la gramática en las aulas. He hablado aquí de Gramática, sí, de una gramática que debe ser fortalecida en la formación de los docentes para que ellos puedan trabajarla en el aula. Sin embargo, impulso el regreso al aula de una gramática renovada que busca superar las limitaciones de los antiguos modos de enseñar gramática: no sólo listado de unidades formales, no sólo relaciones entre formas, sino también la identificación e interpretaciones de las formas lingüísticas cuando ellas se ponen en relación y funcionan en discursos.
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