Congresos y Jornadas Didáctica de las lenguas y las literaturas. | Page 161
como ellos funcionan en un contexto dado, procurando establecer cómo el contexto se fil-
tra y construye esas formas. Al mismo tiempo, tener en cuenta fragmentos en contextos
más amplios –textos- no resuelve el problema en caso de considerar, únicamente, las pro-
piedades texto-discursivas presentes en esas entidades.
Por ello, considero necesaria una distinción entre enunciados contextualizados y
reales. Más precisamente, sugiero trabajar con muestras de enunciados reales inmersos en
géneros, tanto producidos como registrados por los estudiantes, con fragmentos discursi-
vos periodísticos gráficos, pero también radiales, televisivos y digitales; es decir, que efec-
tivamente circulen en las distintas esferas de la vida social (Bajtín, 1985). Con esto, me es-
toy refiriendo a un momento de conformación del corpus por parte de los propios alum-
nos, descartando la selección que hacen las editoriales que editan los manuales. Trabajar
con enunciados contextualizados en textos puede resultar operativo a fin de que los estu-
diantes tomen contacto de la propiedad fundamental del lenguaje que es circular EN dis-
cursos en ‘posiciones sociales’ 39 .
3.
Conclusiones
Los detractores de la formación gramatical suelen asociar enseñar gramática con un
objeto abstracto, teórico, centrado en la oración y el sistema, con actividades especialmen-
te orientadas a la descripción en sí y por sí, posición en la que se homologa gramática con
gramática estructural. Esas caracterizaciones funcionaron y funcionan como argumentos
para tomar la decisión más sencilla respecto del problema de la relación entre la enseñanza
de la lengua y la gramática: desalojar la formación gramatical e implantar la textual. Se
trató, creo, de una decisión apresurada, escasamente fundada y, por tanto, algo prejuiciosa.
Como enunciados del sentido común, son casi evidentes y sencillos de entender, pero difí-
ciles de fundar racionalmente, es decir, falaces. Asimismo, nuestra posición no implica ne-
gar las limitaciones de la formación tradicional y estructural y, por ende, los necesarios
ajustes que reclamaba la formación lingüística de los 80, casi exclusivamente centrada en
el análisis sintáctico, formal, oracional y disociado del contexto (extralingüístico y lingüís-
tico). Pero atribuir las deficiencias lingüísticas de los estudiantes a la educación gramatical
y asociar e inclusive homologar la gramática con un modelo gramatical, resulta falaz. Es-
tas dos últimas consideraciones (ya no fundamentos) evidencian dos falacias que, siguien-
do a Copia (1970), identifico como causa falsa y composición.
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La noción de posición social contiene aspectos tales como contexto y posicionamiento ideológico, entre
otros.
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