Congresos y Jornadas Didáctica de las lenguas y las literaturas. | Page 152
- Qué entienden por enseñanza de la comprensión lectora
- Qué modos de lectura ponen en práctica en el aula
- De qué modo evalúan la comprensión lectora de sus alumnos (y qué relación guardan
los modos de evaluación con los utilizados en el proceso de enseñanza.
Si nos fijamos en los datos de la intervención en el aula, en los dos casos analizados,
los maestros noveles son conscientes de la vinculación de la comprensión lectora con el
aprendizaje escolar. Pero esa conciencia se muestra de manera bien diferente.
En el caso de MEL, se observa con claridad que entiende el proceso lector desde una
perspectiva interactiva: el lector inexperto (alumno) interacciona con un texto (la consigna
de la actividad) y necesita de la ayuda de un experto (maestra novel) para lograr una com-
prensión profunda del mismo, que le permita realizar la actividad (en este caso, los diálo-
gos de los bocadillos del cómic). Esta conciencia le lleva a prever las dificultades del
alumno ya desde la planificación (mi objetivo era que el texto se entendiera: ¿alguien me
puede decir lo que hay que hacer?, pregunta tras la primera lectura) y también las estrate-
gias de intervención.
En el caso de BMR, se considera la lectura como un punto de referencia para la
comprensión de los gráficos. Busca un texto claro, lo adapta al nivel e insiste mucho du-
rante la lectura en reformular las ideas del texto, parando en los momentos que considera
esenciales. Pero lo hace desde una perspectiva unidireccional, no interacciona con los
alumnos, más que mediante una vaga exploración previa inicial y una todavía más vaga
invitación al debate tras la lectura. No se da cuenta de las dificultades de los alumnos hasta
que se encuentra con que no saben realizar la actividad. Infravalora la importancia del
modo de lectura (solo una alumna tiene el texto y los demás han de seguirlo proyectado en
la pizarra digital) y sobre todo, olvida que la comprensión lectora es un ejercicio de inte-
racción entre el alumno y el texto y esa interacción es un camino de ida y vuelta. Si el
alumno no dispone del texto durante la realización del ejercicio, se le está privando de un
elemento fundamental.
En ambos casos, la finalidad otorgada a la lectura parece un factor determinante en
las disposiciones; esto es, hacer implica participación, pero aprender, no necesariamente.
Las entrevistas de autoconfrontación muestran la capacidad de reflexión de ambos
alumnos. MEL explica continuamente el sentido de sus intervenciones, lo que nos hace ver
que estaban muy pensadas. Por su parte, BMR es consciente durante la entrevista de que
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