Congresos y Jornadas Didáctica de las Lenguas y las Literaturas - 2 | Page 739

cluso a partir de un texto que contenga errores; esto no pone en riesgo la comunicación. Sin embargo, los docentes parecen dedicar poco tiempo a una verdadero análisis de este aspecto del problema de qué o cómo enseñar. Por ello, este programa propone decir simplemente a los alumnos que la comunicación escrita es una forma de interacción social que tiene reglas precisas (al igual que el deporte), acuerdos históricos e incluso principios retóricos particulares que es necesario tratar de dominar a fondo para mejorar la calidad de los intercambios (comunicación e interacción). En lo que respecta al valor estético y a la posibilidad de expresar pensamientos que poseen las actividades de producción escrita, los del CRAPEL consideran que éstas son posibilidades que posee la lengua como instrumento de expresión privilegiado. Incluso en relación a los alumnos en dificultad permanente, ellos consideran que, al proceder de esta manera, es decir, partir de cuestiones fundamentales, para llegar a los aspectos técnicos y funcionales de la lengua, estos alumnos en dificultad medirán mejor lo que está en juego detrás de los aprendizajes a efectuar. Al proceder así, las reglas ortográficas o las de las conjugación se convierten en herramientas al servicio del alumno: ya no son fines en sí mismos y que, por otra parte, tienen pocas probabilidades de reactivación en un contexto diferente. La gente del CRAPEL considera que es mejor permitir a los alumnos que regulen su trabajo sobre los aspectos distales del texto para que la carga de la Memoria de Trabajo pueda ser asignada a otros aspectos fundamentales del texto, sobre todo a la lectura. También proponen estimular el trabajo de redacción en LM en etapas sucesivas que van de lo distal (la construcción del sentido y la gestión de los aspectos pragmáticos del texto) lo proximal (sintaxis, dimensiones lexicales, etc.). E inInvestigación y Práctica en Didáctica de las Lenguas 725