Congresos y Jornadas Didáctica de las Lenguas y las Literaturas - 2 | Page 654
Phil Benson (2001: 8) define a la autonomía como: “la capacidad
que tienen las personas de asumir su propio aprendizaje”. Ricky Lowes y Francesca Target (1998) consideran a un alumno como autónomo cuando éste tiene la capacidad de hacerse responsable de su
propio proceso de aprendizaje. Continúan diciendo que se puede
promover la autonomía alentando y fomentando la habilidad para
recordar, aprender, extrapolar y para obtener logros por su cuenta.
La formación de docentes en lenguas extranjeras, tanto a nivel
terciario como universitario, tiene como pilar fundamental la formación de alumnos autónomos, responsables e involucrados en su
propio proceso de aprendizaje. Para esto sería apropiado el conocimiento y uso frecuente de distintas estrategias de aprendizaje.
Muchos autores han definido las estrategias de aprendizaje
(Brown 1998, 2000; Cohen 1990; Mendelsohn 1994; O’Malley y Chamot 1990; Oxford 1990; Rubin y Thompson 1994; Schunk 1996; Wenden y Rubin 1987). Nosotros tomaremos como eje la definición de
Rebecca Oxford (1990: 8): “Son acciones específicas que el alumno
adopta para simplificar el aprendizaje, hacerlo más rápido, más divertido, más autodirigido, más eficaz y con mayor posibilidad de
ser transferido a nuevas situaciones”. Rebecca Oxford y Andrew
Cohen (1992: 1) se concentran en lo que ocurre cuando los alumnos
utilizan las estrategias y dicen:
“Son las etapas o las acciones que adoptan los alumnos
para mejorar el desarrollo de sus habilidades lingüísticas. Estas estrategias tienen la capacidad de:
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aumentar la atención esencial para el aprendizaje de un idioma;
Investigación y Práctica en Didáctica de las Lenguas