Congresos y Jornadas Didáctica de las Lenguas y las Literaturas - 2 | Página 650
los que basábamos las decisiones en relación con la competencia a evaluar y a la evaluación misma. Durante todo el proceso
de diseño e implementación de la prueba, y en la redacción del
informe y la presentación de los resultados a las autoridades,
intentamos no perder de vista la intención y los objetivos de la
evaluación, y el uso que se haría de los resultados. En esta misma línea, las propuestas de cambios y mejoras que sugerimos
tuvieron en cuenta las consecuencias que la evaluación tendría
para la institución. Entendiendo que la evaluación externa implica tomar decisiones muy importantes respecto a qué habrá
de evaluarse y con qué propósitos, coincidimos con Spolsky
(1981, en Bachamn op.cit.) cuando dice que los exámenes deberían llevar una etiqueta que diga “¡Usar con cuidado!”.
Conclusión
El presente trabajo da cuenta de nuestra experiencia en el desarrollo de un proyecto que nos permitió profundizar nuestros conocimientos y reflexionar sobre creencias y valoraciones que tienen implicancias para nuestra práctica docente. Si bien reconocemos que
una evaluación difícilmente muestre todo lo que realmente sabe un
alumno, entendemos que es nuestra obligación enseñar para que
haya un aprendizaje y, por lo tanto, debemos estar seguros de cuáles aprendizajes queremos y cómo habremos de evaluarlos. Para
comprender mejor el “cómo” es que aceptamos el desafío de participar en el proyecto y diseñar un modelo ad hoc para el examen de
oralidad en inglés. Intentamos aquí fundamentar y avalar nuestras
decisiones, describiendo las características del contexto, del exa636
Investigación y Práctica en Didáctica de las Lenguas