Congresos y Jornadas Didáctica de las Lenguas y las Literaturas - 2 | Page 642
Sin embargo, a la hora de definir el modelo de oralidad que necesitábamos estos índices resultaron insuficientes. Por un lado, el objetivo no era evaluar a los alumnos sino saber que podían hacer en
materia de comunicación oral en el idioma extranjero, es decir,
contar con un diagnóstico y una “línea de base” acerca de sus saberes y competencias. Además, se pretendía:
• utilizar los datos de desempeño estudiantil para la toma de decisiones pedagógicas y de gestión (diseño curricular, capacitación docente, incorporación de nuevo personal, desarrollo y
compra de materiales y equipamiento, etc.);
• comparar los resultados de aprendizaje en el tiempo, una vez
que el colegio hubiera implementado y quisiera evaluar el resultado de las estrategias de mejoramiento académico sugeridas;
• contribuir, mediante recomendaciones específicas, al desarrollo de un entorno educativo enteramente bilingüe, tal como se
da en otros colegios de Argentina donde la enseñanza y el
aprendizaje responden a un abordaje institucional y pedagógico centrado en procesos sólidos de integración de las lenguas,
de los contenidos disciplinares y de los códigos bilingües de comunicación interpersonal entre todos los actores del sistema.
En consecuencia, resultaba relevante definir con mayor amplitud y
a la vez mayor precisión, el concepto de comunicación oral. Se consideró que los alumnos de un colegio bilingüe deben desarrollar habilidades
para la comunicación oral que les permitan manejar rutinas o convenciones de interacción en la lengua meta, así como habilidades para la
negociación de significados y la creación de discursos organizados,
fundamentados y efectivos en su propósito comunicativo. Se lleg