Congresos y Jornadas Didáctica de las Lenguas y las Literaturas - 2 | Page 37

La primera fue realizada por un grupo numeroso (aclaro que habían leído todo Cortázar) y nos pidieron que nos ubicáramos en el salón de usos múltiples del colegio. Este salón estaba tenuemente iluminado y esperábamos en silencio. De pronto, irrumpió el grupo casi gritando fragmentos de diferentes obras del autor. La sorpresa fue inmediata, las risas se sucedían, el grupo, en aparente desorden, bailaba la palabras, por turnos o superponiéndose: “toco tu boca…la verdadera cara de los ángeles… te quiero país tirado más abajo del mar”. Luego las volvían a decir individualmente y mientras tanto otras iban pegando en una gran tela blanca frases, dibujos. Todo concluyó cuando quedó una especie de collage gigante iluminado y luego la oscuridad. La presentación de Alejandra Pizarnik fue lo opuesto. Una sola alumna en el mismo salón a oscuras, con una vela que apenas la iluminaba, un hielo en una mano y un pastito seco en la otra, fue recitando uno tras otro los poemas que a ella más la habían conmovido: “Alejandra Alejandra/debajo estoy yo/Alejandra…He dado el salto de mí al alba/ he dejado mi cuerpo junto a la luz…” El hielo se derretía y luego apagó la vela… El colegio era pequeño (sólo una división por curso) y la difusión de lo sucedido fue inmediata. Al año siguiente, las nuevas alumnas de quinto año me pidieron repetir la experiencia pero esta vez querían que las vieran las alumnas de cuarto. Así llegamos a la actualidad. Las muestras de autor son vistas por casi todo el colegio en la semana de las artes. Se ha convertido en una de las formas de la despedida, en el regalo que se hacen los alumnos y nos hacen cuando finalizan la secundaria. Vienen padres, hermanos, novios, abuelos a ver este trabajo final, incluso alumnos de otros colegios, nota Investigación y Práctica en Didáctica de las Lenguas 23