Congresos y Jornadas Didáctica de las Lenguas y las Literaturas - 2 | Page 1100

parte de los alumnos y de la docente. Durante varias clases se trabajó con cuestiones formales: la extensión, las partes (introducción, desarrollo, conclusión), y, fundamentalmente, el estilo de escritura académica. Este nuevo mundo en el que se iniciaron la mayoría de los estudiantes, implicó el desafío de familiarizarse con un lenguaje diferente, con un modo de decir hasta el momento desconocido. El trabajo “codo a codo” entre docente y alumnos, leyendo clase a clase lo que iban escribiendo, corrigiendo estos textos, manifestando las dificultades encontradas; en síntesis, el trabajo de escritura y reescritura, de expansión y recorte, de inclusión de “frases hechas”, etcétera, generó textos únicos 231. En esos informes aparecieron sus voces. Al ir revisando estos escritos, notamos que en muchos casos se “filtraban” sus opiniones, sus modos de emparentarse, o no, con lo propuesto por Jauretche, con la voz del indio Navajo, con los dichos de Feinmann. Lo interesante fue ver cómo, luego de muchas correcciones, los estudiantes lograron diferenciar sus voces de las de los autores. En estos informes aparecían sin problemas las comillas, que tanta confusión habían generado en el primer trabajo práctico. El “informe”, como género discursivo, más allá de sus características formales, se fue “moldeando” según cada alumno: algunos estudiantes de ingeniería, más “concretos” en su modo de pensar, plasmaron una escritura muy diferente a la de las alumnas mujeres mayores de cuarenta años, estudiantes de enfermería. Fue clave también, la diferencia, entre aquellos alumnos que fueron ha- 231 Anexamos al final de la ponencia, un informe (en instancia de corrección) a modo de ejemplo. 1086 Investigación y Práctica en Didáctica de las Lenguas