Congresos y Jornadas Didáctica de las Lenguas y las Literaturas - 2 | Page 1035
El modelo Flower y Hayes (1996) consiste en tres procesos principales- planificar, traducir y examinar- y una serie de subprocesos
que no son usados a partir de un orden secuencial establecido previamente sino, más bien, aparecen como un conjunto de opciones
orquestadas de acuerdo con las necesidades del escritor. La explicitación y reconocimiento de estos procesos permite al que escribe un
manejo de las estrategias de producción de textos que redunda en
una mayor autonomía de trabajo.
En tanto, el modelo de Bereiter y Scardamalia (1992) aporta una
distinción importante entre escritores inmaduros y escritores expertos. La diferencia radica en que para los escritores maduros escribir es un verdadero problema retórico, y en la búsqueda de adecuación a una audiencia y a un género determinado, vuelven una y
otra vez sobre el conocimiento almacenado en su memoria, buscan
informaciones y citas que amplíen o especifiquen su texto y, así, en
este proceso de reformulación generan nuevas ideas, nuevas asociaciones, se “apropian” del conocimiento. “Se trata, por lo tanto, de
un proceso de descubrimiento desencadenado por la representación retórica de la tarea de escritura y por la misma actividad de escribir” (Alvarado y Cortés. 2001).
Entendemos que la metodología de taller de escritura se constituye en una novedosa modalidad de trabajo con la palabra, sustentada en el proceso inventivo y la experimentación con el lenguaje.
Estas propuestas suponen la participación activa de los estudiantes
en tanto que permiten la exploración de la propia palabra a través
del juego y la imaginación; la modalidad de aprender a escribir escribiendo y, en especial, la posibilidad de circulación social de los
escritos: el intercambio entre autor y lector.
Investigación y Práctica en Didáctica de las Lenguas
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