Congresos y Jornadas Didáctica de las Lenguas y las Literaturas - 1 | Page 816

aquello que, para ser lo que somos, hemos sometido violentamente en nosotros mismos (…) Eso es la experiencia de la literatura, tal como lo plantea Larrosa: aquello que pone en cuestión lo que somos, lo diluye, lo saca de sí. Es en este sentido que la literatura es una experiencia de trans-formación. Me pregunto entonces: ¿Por qué la escritura “literaria o de ficción”, aquella que de distintas maneras pone en juego algo tan fundamental como la posibilidad de la reinvención del sujeto, ya que el sujeto se escribe en el relato, se inventa un principio y un fin para acceder de este modo al conocimiento sobre sí mismo y esclarecer el sentido de su vida, ha sido tradicionalmente puesta en segundo plano al momento de enseñar literatura; generalmente por ser considerada una pérdida de tiempo o una banalidad reducida a lo lúdico? Es importante considerar que la escritura literaria es mucho más que un juego, es una vía de acceso para el conocimiento profundo de las estructuras lingüísticas y literarias. Sabemos que existen momentos determinados donde los alumnos escriben ficción en las clases de lengua y literatura, pero el planteo es: ¿con qué objetivos se escribe ficción? ¿La escritura de ficción se presenta como aprendizaje sostenido y sistemático a lo largo del tiempo? Mi posicionamiento lleva a poner en tela de juicio esto; puesto que la marcada tradición estructuralista en la enseñanza de la lengua y el predominio del enfoque comunicativo y de marcos teóricos textualistas y discursivos (lingüística del texto, pragmática, etc.) han relegado a la escritura de ficción a un lugar marginal. A la hora de escribir, abundan ejercicios de escritura que siguen demasiado sujetos a la corrección de la caligrafía, a los signos de puntuación y a las normativas ortográfic