Comunion Revista Comunion nº 03 - 2013 | Page 7

Crucificado. Es aquí donde necesitamos comprender la insistencia de nuestro Santo en la centralidad de la Cruz, la cual está intrínsecamente conectada con el anonadamiento. Los Trinitarios, cuya misión es encarnar el amor redentor de Cristo a través del rescate de los cautivos y el cuidado de los pobres y sufrientes, no se pueden desvincular por tanto de la espiritualidad de la cruz y del sacrificio. Un desprendimiento real de aquellas cosas que impiden nuestra unión con Dios y nuestra comunión con los pobres y con los hermanos y hermanas que sufren, es un paso necesario para seguir a Cristo más íntimamente.

Los innumerables e indescriptibles padecimientos a los que se sometió el Reformador, fueron entendidos por él como medios para cumplir su misión como reformador de la Orden. En efecto, Él era profundamente consciente del bien que traería su configuración con Cristo y se percató de que la Reforma de la Orden era para el bien común y la salvación de las almas. Él solía hacer referencia a la “promoción de muchas almas”, “el provecho de los hermanos”, “la salvación de la gente” y a “traer las almas a Dios” cuando definía el objetivo último de la Reforma y la razón subyacente de su sufrimiento. La conciencia de su apostolado como una participación personal en la obra redentora de Jesús, le dio valor y fuerza para soportar todo en unión con Cristo. ¡Qué inspiración y modelo tenemos en el Reformador para provocar una renovada vida espiritual! Su vida personal y su intrépido coraje, el inquebrantable celo apostólico, la profunda sabiduría y el sustento espiritual que encontramos en sus abundantes escritos son un tesoro espiritual y carismático inagotable tanto para los Trinitarios como para el común de la gente. Sería una tragedia que nosotros sus hijos no aprovechásemos esta fuente de gracia para ser más fieles en nuestra vivencia de la vocación, especialmente durante este año jubilar de su muerte.

Para concluir esta carta, permitidme recordar que la vida heroica y los arduos esfuerzos de la reforma de san Juan Bautista de la Concepción han contribuido en la construcción del tesoro de santidad tanto de la Orden como de la Iglesia en general. Fr. Pedro Aliaga, osst., en su corta biografía del Santo, lo ha sintetizado de manera hermosa: “El mejor fruto de los orígenes de la Reforma trinitaria son sus santos. Es célebre el juicio del P. Antonino de la Asunción (+1943), uno de los mayores expertos en el estudio de la santidad cristiana que ha habido en la Iglesia del siglo XX, quien decía que si se hubieran hecho los procesos de beatificación, podría haber en los altares más de cuarenta santos de la Descalcez trinitaria”. ¡Qué maravilloso homenaje a nuestro Reformador! Que san Juan Bautista de la Concepción inspire, despierte y profundice en nosotros las raíces de nuestra vocación Trinitaria, de modo que cristifiquemos más nuestra vida, y al mismo tiempo, ayudemos a los otros a crecer en santidad.

Os deseo a todos una feliz Fiesta del Reformador y un Año Jubilar lleno de bendiciones.

Fraternalmente,

Roma, 28 de enero de 2013

Fiesta de Santa Inés

Jose Narlaly, osst.

Ministro General

juicio del P. Antonino de la Asunción (+1943), uno de los mayores expertos en el estudio de la santidad cristiana que ha habido en la Iglesia del siglo XX, quien decía que si se hubieran hecho los procesos de beatificación, podría haber en los altares más de cuarenta santos de la Descalcez trinitaria”. ¡Qué maravilloso homenaje a nuestro Reformador! Que san Juan Bautista de la Concepción inspire, despierte y profundice en nosotros las raíces de nuestra vocación Trinitaria, de modo que cristifiquemos más nuestra vida, y al mismo tiempo, ayudemos a los otros a crecer en santidad.

Os deseo a todos una feliz Fiesta del Reformador y un Año Jubilar lleno de bendiciones.

Fraternalmente,

Roma, 28 de enero de 2013

Fiesta de Santa Inés

Jose Narlaly, osst.

Ministro General