Testimonio ...
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Gracias a mis amigos, a los que he hecho esta semana y a los de toda la vida. Gracias a mi familia y también a mi Familia Trinitaria. Ha sido un placer acogeros en nuestra casa y descubrir que el carisma trinitario se extiende por África, Perú, Francia, China, México, la India y muchos lugares más. Hemos compartido momentos de todo tipo, incluidos inolvidables desfiles de pijamas y duchas en el patio.
Nuestras oraciones y eucaristías en varios idiomas no las olvidaré jamás. No puedo describir el orgullo que siento por ser parte de todos vosotros.
En breve iniciaremos los preparativos para la siguiente. Nos vemos en Río de Janeiro 2013.
enamorados del carisma que allá por el siglo XII iluminó a Juan de Mata.
A todos nosotros, trinitarios o no, las jornadas nos han dejado experiencias imborrables, y recuerdos que desde Agosto de 2011 ya han comenzado a cambiar nuestras vidas. He compartido mi esencia y cultura, he aprendido a decir “Gracias” o “Amor” en diferentes idiomas, hemos rezado con jóvenes de innumerables países. He podido ver abrazos entre un joven con una bandera estadounidense y otro con una de Irak.
He sufrido ofensas contra mi fe, a lo que he respondido con una sonrisa y una oración,
he tenido la oportunidad de ayudar, de consolar, de amar…
He participado en la fiesta más grande de la fe en España, y me he sentido orgulloso de proclamar lo que le da sentido a mi vida con símbolos, gestos o palabras.
Pero ante todo, y si hay algo que me haya llenado, sin duda me quedo con el sentimiento de Familia que se ha quedado posado en mi corazón. De esa Familia que un día me ayudo a aprender a ser libre, y a la que ahora puedo devolver apenas un poco de lo mucho que me ha dado. Que crece junto a mí, y me deja crecer con ella. Me quedo con los nombres de tantos jóvenes que compartimos el mismo carisma a pesar de nuestras diferencias étnicas, políticas, o de los kilómetros que nos separen.
Pero la jornada ya ha pasado por nuestras vidas, y ahora nos toca identificar qué es lo que nos ha dejado, reconocer nuestro papel allá donde estemos, interpretar y transitar el camino que el Dios Amor nos tiene preparado a favor de los más necesitados. Que nuestra vida diaria y cotidiana sea una alabanza a la Trinidad y una búsqueda de libertad para los que más la necesitan.
Fran Fernandez Sánchez
29 años
Laico Trinitarios de Alcorcón (España Norte)
Pasó la Jornada Mundial de la Juventud por Madrid como la ola que pasa limpiando la playa sucia tras una tormenta. Una ola de fe que recorría las calles de la ciudad bajo diferentes miradas, diferentes colores o diferentes culturas. Una ola de libertad para los cristianos, que sin pudor tomaban los lugares públicos para anunciar que Cristo sigue vivo, y muy vivo en medio de nuestra sociedad.
Ésta ola salpicó de manera especial a la ciudad de Alcorcón, a pocos kilómetros de la capital, que pudo acoger a más de 600 jóvenes trinitarios en dos colegios pertenecientes a la Familia.
Desde el punto de vista de un joven que intenta vivir el carisma redentor, la venida del Papa ha sido una excusa perfecta para poder crecer en familia, y conocer hermanos que desde diferentes puntos del mundo, siguen viviendo