JOHN FISHER
FIDELISMO, PATRIOTISMO E INDEPENDENCIA
CAPÍTULO VI
FIDELISMO, PATRIOTISMO E
INDEPENDENCIA
NO IMPORTA CUAN desapegado y objetivo intente ser un historiador
al evaluar los factores que intervinieron en el final del dominio
hispano en el Perú en 1824, sigue siendo difícil presentar un análisis
de este proceso sin comentar los cambios en la ideología, la conciencia popular y la articulación de la identidad nacional, no sólo en
la nueva república sino también en el Perú de finales del siglo XX. A
riesgo de simplificar demasiado estos temas, es legítimo sugerir que
el historiador se enfrenta desde el principio con dos interpretaciones
diferentes sobre la manera (y tal vez el momento, ¿1821 o 1824?) en
que el Perú alcanzó la independencia.
La primera interpretación es aquella que caracteriza al periodo
colonial tardío en términos de conservadurismo, letargo y estancamiento económico, y que deja a un lado a la rebelión de Túpac
Amaru y otras manifestaciones de descontento anteriores a 1810,
caracterizándolas como movimientos incoherentes de protesta rural
que, lejos de unir a los peruanos de todas las razas y regiones en la
búsqueda de la independencia nacional, tuvieron el efecto contrario
de alienar a la minoría criolla del virreinato, asustándola y haciendo
que respaldase la preservación del dominio hispano.1 Hasta el icono1.
Fisher, “Royalism”, pp. 237-38, presenta varios ejemplos de esta forma de
estereotipar al Perú como un baluarte del poder realista.