COMUNICACIÓN | Page 65

132 JOHN FISHER en este ámbito se intensificaron en 1786 tras recibir los informes de Fausto de Elhuyar, el hermano de Juan José, sobre la invención de un nuevo método de amalgamación por el científico austríaco Íñigo von Born, que al parecer combinaba los beneficios del tradicional método del patio con la tecnología moderna. En esencia el “nuevo método” de Born, como él y varios de sus contemporáneos lo describían, no involucraba ningún principio nuevo, pero el uso de una maquinaria moderna y eficiente en Schemnitz (Hungría) logró comprimir en tres o cuatro días un proceso que tradicionalmente tomaba un mes o más, reduciendo sustancialmente el consumo del mercurio. Fausto de Elhuyar recomendó el nombramiento de Nordenflicht para la misión peruana a comienzos de 1788, después de que Gálvez le ordenase reclutar mineralogistas dispuestos a ir a América para difundir esta innovación. Al arribar a Potosí el 24 de enero de 1789, menos de un año más tarde, el orgulloso sueco y sus demasiado serios colegas sajones se vieron cara a cara con el problema de persuadir a unos empresarios conservadores de que abandonaran una tecnología tradicional, lenta y primitiva, pero probada por el tiempo, por una nueva y costosa maquinaria.70 Al igual que en los demás centros mineros americanos, el procedimiento empleado en Potosí para refinar toda la plata salvo la de más alta ley (que era fundida) no había cambiado desde la década de 1570, y simplemente involucraba la mezcla del mineral triturado, mercurio y otros ingredientes en un patio abierto, seguido por la separación de la amalgama de plata y mercurio mediante su lavado, y la recuperación de parte del azogue tamizando y calentándola en un condensador. El proceso era lento, ineficiente y consumía mucha mano de obra, pero requería poca inversió n en equipos o consumo de combustible, que era a la vez escaso y caro en la mayoría de los centros mineros del Perú, que tendían a encontrarse a alturas muy por encima de los tres mil metros (Hualgayoc estaba a 4,000 metros de altura, y Cerro de Pasco a 4,260 metros). Los autores ECONOMÍA, DEMOCRACIA Y REAL HACIENDA 133 europeos del siglo XVIII, cuyos románticos grabados de Potosí mostraban a menudo palmeras e indios apenas vestidos, no lograban comprender cuán duras eran las condiciones en los altos Andes, donde no hay árboles, y su ignorancia probablemente era compartida por los funcionarios madrileños. Las experiencias de Nordenflicht en Potosí no nos conciernen, salvo por el hecho de que establecieron un patrón que se repetiría cuando pasase al Perú en 1790. En total, Nordenflicht construyó cuatro equipos de máquinas de barriles en Potosí, tres de ellos para mineros particulares y un cuarto para el gremio minero local.71 La inversión de 40,000 pesos en esta última y una serie de 31 pruebas —los detalles de las cuales fueron reportados en Lima por el Mercurio Peruano— arrojaron una producción de plata que apenas si era marginalmente superior a la que se podía esperar con el proceso del patio.72 Aunque siete miembros de su equipo habían estado en el Perú desde enero de 1790, la primera oportunidad real de Nordenflicht para demostrar allí el nuevo proceso se retrasó hasta 1793, después de que se inspeccionara la real mina de mercurio de Huancavelica y de que varios de sus colegas fuesen dispersados algo descoordinadamente en diversas pruebas realizadas en otros centros mineros, entre ellos Cerro de Pasco y Hualgayoc. El segundo grupo de experimentos comenzó a finales de 1793 en un nuevo laboratorio en Lima, cuya construcción costó 35,000 pesos de los fondos del Tribunal de Minería, obtenidos a través del impuesto al real en marco con que se gravaba a la plata registrada. Estos experimentos tomaron la forma de pruebas paralelas usando partidas idénticas de mineral, a las cuales Nordenflicht y sus asistentes alemanes refinaron con su nueva maquinaria junto con especialistas peruanos, reclutados por el Tribunal de Minería, que empleaban “el método nativo”.73 Se hicieron tres pruebas en medio de una aspereza cada vez mayor entre los equipos rivales, que confirmaron 71. Buechler, The Mining Society of Potosí, pp. 65-108, hace una presentación detallada. 70. Sonora a Floridablanca, 16 de febrero de 1786, AGI, Indiferente General, Leg. 1798; este legajo contiene toda la documentación relevante concerniente al reclutamiento de los miembros de la expedición. 72. Clément, El Mercurio Peruano, 1, pp. 204-206, comenta la actitud que el Mercurio Peruano tuvo para con Nordenflicht. 73. Decreto de Gil, 26 de octubre de 1793, AGN, Minería, Leg. 49.