JOHN FISHER
APÉNDICE 2
LOS VISITADORES GENERALES
1777-1782
0
-1788
JOSÉ ANTONIO DE ARECHE
JORGE ESCOBEDO Y ALARCÓN
ARECHE (1731-1798)1
Oriundo de Balmaceda, cerca de Santander, Areche entró a la Universidad
de Alcalá en 1746 para estudiar derecho canónico y civil, licenciándose y
doctorándose en el primero en 1756. En 1765, después de enseñar varios
años en la universidad y servir como rector del Colegio de Santa Catalina
Mártir de los Verdes, consiguió ser nombrado oidor de la Audiencia de
Manila. Sin embargo, en camino a su puesto a través de México, el virrey
le persuadió en 1766 de que permaneciera allí para llenar el puesto vacante
de fiscal del crimen, inicialmente de modo interino y dependiendo de que
la Corona confirmase el nombramiento en 1767. En este puesto, y posteriormente como fiscal de lo civil, Areche trabajó estrechamente con
1.
Aunque algo anticuadas, las fuentes más detalladas sobre la carrera de Areche en
el Perú siguen siendo Gates, “Don José Antonio de Areche”, y Palacio Atard,
“Areche y Guirior”. Véase también Mendiburu, Diccionario, 1: pp. 316-38, y
Burkholder y Chandler, Biographical Dictionary of Audiencia Ministers, pp. 22-24.
LOS VISITADORES GENERALES
281
José de Gálvez —cuya despectiva actitud para con los mexicanos él
compartía— durante su visita general del virreinato de la Nueva España,
emprendida entre 1765 y 1771. El ímpetu de la reforma radical de las
estructuras administrativas y financieras de toda Hispanoamérica se aceleró
rápidamente luego del nombramiento de Gálvez como ministro de Indias
en febrero de 1776, y en marzo se le encomendó a Areche la visita general
de los “reinos del Perú y Chile, y de las provincias del Río de la Plata”,
una distinción que conllevaba el nombramiento como miembro del Consejo
de Indias.2
Areche llegó a Lima en junio de 1777, acompañado por un equipo de
subordinados reclutados en México, y anunció formalmente el inicio de
su misión el 5 de septiembre, luego de reclutar a otros más localmente.3
La opinión pública —tanto la del pueblo como de la elite— se volteó en
contra suya en cuanto quedó claro que un objetivo fundamental de su
misión era incrementar los ingresos fiscales. Una serie de disputas con el
virrey Guirior en 1778-1779, por asuntos supuestamente triviales (como
la negativa de éste a cooperar en la fundación de un colegio de abogados)
pero que en realidad reflejaban una lucha por el poder entre los conservadores complacientes y los celosos reformadores, culminó con la
decisión tomad a por Madrid en enero de 1780 de destituir a Guirior después
de menos de cuatro años en el cargo. Cuando le entregó el mando a
Jáuregui, su sucesor, en julio de 1780, ya habían tenido lugar serios disturbios en varias ciudades y pueblos de provincias (entre ellos a Arequipa
y Cuzco) debido a la inexorable insistencia de Areche en la reorganización
fiscal y el alza de los impuestos.
El mes de noviembre de 1780 vio el estallido aún más portentoso de
la rebelión de Túpac Amaru, que no sólo despertaba el fantasma de una
gran conmoción social, sino que además minaba la planificación financiera
2.
Sus instrucciones (en AGI, Lima, Leg. 1082) tenían tres partes: la primera (17 de
mayo de 1776) se ocupaba principalmente de la inspección de la Audiencia de
Lima; la segunda (20 de junio de 1776) de la necesidad de una reforma fiscal; y la
tercera (también del 20 de junio) presentaba un cuadro confidencial de las debilidades percibidas en la administración general. En la práctica se emprendieron
muy pocas actividades en el Río de la Plata debido a la decisión de confirmar la
creación de otro virreinato, salvo, claro está, en el Alto Perú, en donde Escobedo, el
subordinado y eventual sucesor de Areche, fue especialmente activo.
3.
El contingente de México incluía a Fernando Saavedra, posteriormente nombrado
primer intendente de Trujillo (1784-1791).