COMUNICACIÓN | Page 141

276 JOHN FISHER nos movimientos independentistas de Chile, Ecuador y el Alto Perú. Un convencido realista y absolutista, Abascal obstaculizó la implementación en el Perú de la constitución de Cádiz de 1812. Aunque el Perú sufrió un trastorno entre 1814 y 1815 por una seria insurrección en el Cuzco, seguía siendo un bastión del fidelismo cuando Abascal se retiró a la península en 1816. PEZUELA (1761-1830)23 Nacido en Naval (Aragón) en el seno de una familia oriunda de Santander, el penúltimo virrey del Perú siguió una carrera militar convencional como oficial de artillería en España, ascendiendo desde el ínfimo rango de subteniente en 1778 (luego de tres años como alumno del Colegio de Artillería de Segovia) al de coronel en 1794; su servicio activo en la península comprendió la participación en 1782 en el infructuoso asedio de Gibraltar, y la campaña contra los franceses en Navarra y Guipúzcoa de 17931794. Su experiencia americana data de 1804, cuando llegó a Lima para reorganizar y comandar la artillería virreinal, un papel que involucraba establecer talleres para la fabricación y el mantenimiento de los cañones, así como el entrenamiento de la tropa. Profundamente hostil, al igual que Abascal, al régimen liberal de la España peninsular, en especial después de promulgarse la constitución de Cádiz en 1812, Pezuela se encontró a sí mismo en la posición algo paradójica de que, con el estallido de la rebelión abierta en el Alto Perú en 1810, se vio forzado a combatir los conatos revolucionarios en parte con la promesa de efectuar cambios constitucionales en el sistema imperial. Ascendido a brigadier en 1811, recibió de Abascal el mando supremo del ejército del Alto Perú en abril de 1813, lo que le permitió concentrarse exclusivamente en soluciones militares y le consiguió victorias importantes en Vilcapugio y Ayohuma sobre la fuerza expedicionaria llevada desde Buenos Aires por Manuel Belgrano, y aún más decisivamente sobre José Rondeau en Viluma (en noviembre de 1815).24 Ascendido a mediados de 1816 para suceder al ya viejo Abascal (a sus 55 años, Pezuela era relativamente joven para lo que se acos23. Pezuela, Memoria de gobierno; Mendiburu, Diccionario, 6: pp. 280-366. 24. Pezuela, Memoria militar. LOS VIRREYES DEL PERÚ EN EL PERIODO BORBÓNICO 277 tumbraba en el Perú) en el mucho más difícil cargo de virrey, que requería cualidades algo más sutiles de las que había mostrado durante su carrera militar, Pezuela tuvo dificultades no sólo para adaptarse a su nuevo papel sino también para hacer frente a problemas financieros y estratégicos cada vez más complejos. Habiendo fracasado ya en 1817 al no enviar suficientes fuerzas con que defender a Chile de la expedición transandina de José de San Martín —posiblemente debido a su preocupación por mantener una fuerte presencia militar en el Alto Perú—, también respondió letárgicamente en 1820, al desembarcar la expedición libertadora llegada desde Chile. Los factores que llevaron a su deposición como virrey en enero de 1821 a manos de los principales oficiales del ejército realista se examinan detalladamente en el capítulo 6, y no hay necesidad de repetirlos aquí. Lo que sí es significativo es que la guerra de propaganda que él desatase contra La Serna no bien hubo llegado a Madrid, publicando una refutación de los cargos que se le habían hecho en Aznapuquio, dividió profundamente a la opinión pública en el Perú y España tanto antes como después de la capitulación realista en Ayacucho, en 1824.25 Después de servir desde 1825 como capitán general de la Nueva Castilla, se le concedió el título de marqués de Viluma poco antes de su muerte, en 1830. LA SERNA (1770-1832)26 Oriundo de Jerez de la Frontera, La Serna fue un soldado profesional que combatió en la defensa de Ceuta en 1790, y nuevamente contra los ingleses, y posteriormente con los franceses, durante el largo ciclo de guerras europeas de 1796-1814. Luego de la restauración de Fernando VII como monarca absoluto en Madrid, el mariscal de campo La Serna y otros oficiales veteranos, entre ellos Jerónimo Valdés, Antonio Seoane, 25. Pezuela, Manifiesto. 26. La Serna no escribió una relación de gobierno, lo cual no sorprende dadas las circunstancias en que dejó el cargo. La relación contemporánea más detallada y afín de su gobierno es la que fuera escrita en 1827 por Jerónimo Valdés, su jefe de Estado mayor: “Exposición que dirige al rey don Fernando VII el mariscal de campo don Jerónimo Valdés sobre las causas que motivaron la pérdida del Perú”, en Valdés, Documentos, 2: p. 17-137. Véase también Wagner de Reyna, “Ocho años de La Serna en el Perú”.