COMUNICACIÓN | Page 134

JOHN FISHER 262 de gobierno en el lejano Perú. Su hijo, que heredó el título a la muerte del virrey, seguía en Lima en 1725. LADRÓN DE GUEVARA (1641-1718)5 Este personaje algo ingenuo, pero bien intencionado, fue nombrado interinamente para que encabezara uno de los (por lo menos) ocho gobiernos virreinales en Lima (incluyendo tres de la Audiencia), entre la muerte de Portocarrero (Monclova) en 1705 y el arribo de Armendáriz (Castelfuerte) en 1724. Sin embargo, dada la longevidad de su mandato (cinco años y medio), parece apropiado tratarlo como si hubiese sido el titular del cargo. Nacido en Cifuentes, estudió en Alcalá y Sigüenza antes de entrar a la Iglesia, sirviendo como canónigo en las catedrales de Sigüenza primero y después en Málaga. Su experiencia americana se inició en 1689, al ser nombrado obispo de Panamá, un papel que también le dio su primera oportunidad en el gobierno civil como presidente interino de la Audiencia. Sirvió brevemente como obispo de Huamanga entre 1700 y 1703 —su principal logro allí fue la fundación de la Universidad de San Cristóbal—, antes de ser promovido al obispado de Quito. Tras la muerte en el cargo de Oms (Castelldosríus) en 1710, Ladrón de Guevara fue llamado a Lima por la Audiencia como virrey interino, mientras se decidía en Madrid el nombramiento de un sucesor adecuado, pero en realidad fue la tercera opción para este cargo, ya que los dos candidatos anteriores habían fallecido. En 1713 recibió permiso para retornar a España pero siguió en el cargo hasta marzo de 1716, cuando entregó sus poderes como virrey interino a un hombre de Iglesia aún más importante: Diego Morcillo Rubio de Auñón, arzobispo de Charcas. Después de la transferencia permaneció otros dos años en Lima, esperando el resultado de su juicio de residencia. Sus intentos por defenderse de los cargos de corrupción, de haber permitido el contrabando y de incompetencia para defender a los navíos hispanos en el Pacífico de los ataques de los intrusos ingleses fueron infructuosos, y se le multó con 125,000 pesos. Dejó el Callao rumbo a Acapulco en marzo de 1718, tomando el camino indirecto a España, y falleció en México ese m