COMUNICACIÓN | Page 13

30 JOHN FISHER patriota en Ayacucho, en 1824. También aparecen en el último capítulo, que resalta la permanencia de las estructuras y tradiciones coloniales durante las dos primeras décadas de la república. Por supuesto, es imposible escribir sobre el Perú colonial tardío sin referirse al contexto imperial, pues las principales iniciativas políticas tomadas en Madrid afectaron profundamente la extensión territorial y la economía del virreinato, entre otros aspectos claves de su desarrollo histórico. Por lo tanto, después de reconstruir el escenario de los años 1700-1750 en el capítulo 1, el capítulo 2 del presente libro brinda una imagen general de las políticas imperiales españolas en Hispanoamérica durante el periodo borbónico y del impacto que ellas tuvieron en el Perú, en términos tanto del gobierno virreinal como de la administración provincial. El capítulo 2 aborda también la reorganización defensiva y militar, argumentando que, en la práctica, la infraestructura diseñada originalmente para proteger al virreinato de la supuesta amenaza de un ataque extranjero, terminó siendo empleada para mantener el orden interno, en vista de la difundida violencia rural, la resistencia indígena y las incipientes conspiraciones antipeninsulares. En otro plano, este capítulo también explora el papel que le cupo a la Iglesia en las estructuras gubernativas del virreinato. El apéndice 1, que resume las carreras de los dieciocho virreyes que gobernaron el Perú durante la era borbónica, demuestra, una vez más, que estas autoridades no fueron simples títeres inmersos en las complejas estructuras administrativas del virreinato. En el segundo capítulo, así como en los tres siguientes, el punto de partida —1750— debe entenderse como una aproximación, más aún teniendo en cuenta que cae en medio del dilatado gobierno del virrey José Antonio Manso de Velasco, conde de Superunda (1745-1761).6 Para el análisis del capítulo 2 también son de especial importancia los apéndices 2, 3, 4, 5 y 6, que presentan información biográfica sobre otras figuras importantes de la superestructura administrativa política y judicial del último medio siglo del periodo colonial: los visitadores 6. La introducción de Alfredo Moreno Cebrián a la Relación y documentos de Superunda es un buen y reciente estudio de su gobierno. INTRODUCCIÓN PREFACIO Y AGRADECIMIENTOS 31 generales, los presidentes-intendentes del Cuzco, los regentes de las audiencias de Lima y Cuzco, y los intendentes. Para algunos prominentes investigadores de los siglos XIX y XX que han escrito sobre el Perú—y sobre otras partes de la América hispana y España misma— durante el periodo borbónico, 1700, el año en que subió al trono Felipe V, el primer monarca español Borbón, es un punto de partida más tradicional que 1750. Confieso que yo también asumí inicialmente que aquél año sería el punto de partida idóneo para escribir este libro. Sin embargo, tras reflexionar dejé de lado esta idea, aún sabiendo que al hacerlo excluía los primeros cincuenta años de la era borbónica. Espero que mi razonamiento sea convincente. Si bien desde el punto de vista de la metrópoli aún se justifica pensar en 1700 como un año decisivo en lo que respecta a cambios en la política imperial —se sabe, por ejemplo, que en 1713, al terminar la Guerra de Sucesión Española, Felipe V adoptó algunas medidas que apuntaban a mejorar la administración imperial, entre ellas la creación (en 1714) del Ministerio de Marina y de las Indias que asumió las funciones ejecutivas del ineficaz Consejo de las Indias, y le hizo frente a algunos de los problemas estructurales que obstaculizaban el crecimiento económico de España—, no fue sino hasta fines de la década de 1720 que la política imperial cambió de giro, cuando se nombró a José de Patiño para que dirigiera el nuevo ministerio (1726-1736).7 Incluso entonces, los cambios fueron erráticos e inconsistentes, por lo que algunos investigadores sugieren que no fue sino hasta el reinado de Fernando VI (1746-1759) que el gobierno imperial adquirió un enfoque más estructurado.8 Por lo tanto, es a mediados de siglo y no durante el reinado de Felipe V, que podemos comenzar a identificar los preámbulos del dinámico programa de cambios llevado a cabo en Hispanoamérica por Carlos III (1759-1788), luego de que España perdiera contra 7. Béthencourt Massieu, Patiño. 8. Para España véase, por ejemplo, Coxe, Memoirs; Lynch, Bourbon Spain; HargreavesMawdsley, Eighteenth-Century Spain. Para el Perú véase, por ejemplo, Lorente, Historia; Vargas Ugarte, Historia general.