COMUNICACIÓN | Page 113

222 JOHN FISHER res”.134 La Serna mismo, picado por los pedidos de las provincias circunvecinas de que explicase estas afirmaciones, así como por la denuncia directa que Olañeta hiciera de sus aparentes intenciones, le informó al rey en marzo de 1824 que el comentario del 26 de noviembre no se había referido a otra cosa que a la inminente apertura de la ceca, y que las invocaciones al “imperio peruano” de la quincena anterior habían estado basadas en el supuesto de que éste seguiría siendo gobernado por Fernando VII.135 El virrey admitía que Rico le había mostrado el texto ofensivo el día antes de su publicación, pero sostenía haberle prestado poca atención “porque no soy de los que se saborean ó reclamen con sus propias alabanzas”. La Serna había escrito un despacho distinto unos días antes de estas explicaciones, en el que denunciaba la insubordinación de Olañeta y ofrecía, tal vez de modo significativo, renunciar al mando en favor de Canterac si se le ordenaba dirigirse a Madrid para justificar las acciones realizadas durante los tres años anteriores.136 El virrey y el principal funcionario del Estado en el Cuzco intercambiaron cartas en el lapso que medió entre la publicación de estos artículos en noviembre de 1823, y los intentos del virrey de restarles importancia en marzo de 1824, referentes a “el Préstamo de dos millones de pes os q’e V. Ex’a se propone solicitar de las Naciones extrangeras”.137 Se hizo una referencia al paso a la infortunada “guerra civil” que había paralizado algunas de las fuentes tradicionales de rentas, pero se predecía que incluso bajo estas circunstancias, el Estado estaría en condiciones de reunir un ingreso anual de casi tres millones de pesos para garantizar el principal y los intereses del préstamo proyectado.138 134. “El Virrey a los Peruanos”, 12 de noviembre de 1823, El Depositario, Nos. 101, 19 de noviembre de 1823, ADC, Periódicos, Libro 1, f. 336. 135. La Serna al ministro de Guerra, No. 127, 20 de marzo de 1824, en Valdés, Documentos, 4: pp. 115-22. 136. La Serna al ministro de Gracia y Justicia, 15 de marzo de 1824, AGI, Aud. de Lima, Leg. 762. El virrey advirtió el 20 de marzo que a menos que Olañeta se sometiese, sus anteriores triunfos serían enterrados en la “hedionda tumba de los Pizarros, Almagros, Girones, Tupacamaros, Angulos...”: Valdés, Documentos, 4: p. 122. 137. Ministro del Estado a La Serna, 3 de enero de 1824, ADC, Tesorería Fiscal, Libros Varios, Libro 15. FIDELISMO, PATRIOTISMO E INDEPENDENCIA 223 Rico, el editor de El Depositario, recibió una entusiasta recomendación de La Serna en abril de 1824, cuando exitosamente solicitó permiso para retornar a España: el virrey le describió como un “hombre de honor” cuyos “impresos... han producido el descrédito de los rebeldes”, añadiendo que “nadie sino Rico h’a impugnado con más tezón y decisión el sistema revolucionario”.139 Estos comentarios sugieren que el virrey no le tenía mala voluntad, y ayudan a sustanciar las sospechas de que él, en realidad, había participado en el lanzamiento de la idea de una entidad autónoma gobernada desde el Cuzco. Además, no cabe duda alguna que Rico había sido un eficaz propagandista de la causa realista, brindando durante casi tres años una plataforma donde publicar tanto nuevas de los éxitos militares como comentarios políticos que a menudo eran bastante sutiles: en enero-febrero de 1823, por ejemplo, varios números de la Gaceta Extraordinaria traían informes detallados de los éxitos alcanzados por Valdés y Canterac en y alredor de Torata, mientras que, en el frente político, José de la Riva Agüero fue efectivamente denunciado en mayo de ese año como “un criminal” y como un presidente “de una república imaginaria”.140 El manejo de las noticias en el Cuzco se hizo menos diestro para mediados de 1824, al haber partido Rico. Por ejemplo, el 15 de mayo la Gaceta llevaba nuevas sobre el deseo de La Serna de renunciar como virrey, y tres meses más tarde se publicó la proclama de Bolívar del 15 de agosto, anunciando la victoria patriota de Junín y alabando al “bravo Olañeta”, que operaba en el Alto Perú “con un ejército verdaderamente patriota y protector de la libertad”.141 En setiembre, los funcionarios de mayor jerarquía se hallaban más 138. El rubro principal en el ingreso proyectado —la “única contribución de Naturales ó Tributos”— figuraba dando 1’250,000 pesos de un total de 2’870,000 pesos. 139. La Serna al ministro de Estado, 2 de abril de 1824, AGI, Aud. de Lima, Leg. 762. Como ya señalamos, Rico no pasó más allá del Callao. 140. Gaceta Extraordinaria, No. 3, 26 de enero de 1823; No. 31, 28 de enero de 1823; No. 32, 31 de enero de 1823; No. 33, 23 de febrero de 1823; El Depositario, No. 82, 6 de mayo de 1823, ADC, Periódicos, Libro 1, ff. 209-11, 235, 250-51. 141. Gaceta No. 49, 15 de mayo de 1824, y proclama de Bolívar, Huancayo, 15 de agosto de 1824, ADC, Periódicos, Libro 1, ff. 388, 404.