212 JOHN FISHER FIDELISMO, PATRIOTISMO E INDEPENDENCIA
213 sus esperanzas de que“ una amigable transación sea el término de la actual contienda”, a pesar de los obstáculos puestos por los comandantes realistas de los“ últimos restos de Ejército que mantienen en este territorio”. 94
Abreu dejó Lima todavía esperanzado en que San Martín enviaría comisionados a España para que negociaran la conformación de una monarquía independiente en el Perú. 95 En 1822 se nombraron varios otros comisionados de paz para que se dirigieran a otras partes de América fuera del Perú, no obstante la renuencia que Madrid tuvo para tratar con Abreu a su retorno a España— estuvo esperando cuatro meses en Tarifa antes de que se le permitiera pasar a la corte—, lo que indica que el gobierno constitucional no había abandonado la idea de un arreglo negociado. 96 Hay ciertos indicios de que San Martín era igualmente optimista, por lo menos hasta finales de 1821, lo que explicaría su renuencia a librar combate con los 3,300 hombres de Canterac en setiembre, cuando éste decidió evacuar al grueso de la guarnición realista dejada en el Callao en julio. 97 Sin embargo, es claro que La Serna había decidido que un arreglo negociado era imposible antes de que Abreu partiera, y que la sierra era el mejor lugar en donde montar la defensa armada del virreinato en contra de la insurgencia.
En realidad, los limeños todavía no habían visto por última vez las espaldas de los realistas, pues además del retorno de Canterac al Callao en setiembre y su breve reocupación de la ciudad en junio de 1823, el motín de la guarnición patriota del Callao en febrero de
94. Monteagudo al ministro de Ultramar, 22 de noviembre de 1821, ibid. 95. Abreu a San Martín, 2 de diciembre de 1821, ibid.
96. Ministro de ultramar a Abreu, 13 de octubre de 1822, ibid. Todos los detalles de sus instrucciones se encuentran en AGI, Indiferente General, Leg. 1570. Antonio Luis Pereyra y Luis de la Robla, los emisarios enviados a Buenos Aires, firmaron un armisticio en julio de 1824 e intentaron vanamente obtener permiso para que un emisario viajara al Cuzco a persuadir a La Serna que lo acatara: Torrente, 3: pp. 408-409. Para ese entonces la iniciativa ya había sido abandonada en Madrid: real orden de Fernando VII, 26 de enero de 1824, AGI, Indiferente General, Leg. 1571.
97. Casi lo opuesto sucedió en junio de 1823, cuando Sucre se retiró al Callao, permitiéndole a Canterac reocupar Lima por un mes: Anna, Fall of the Royal Government, pp. 217-18.
1824 permitió que los realistas retomaran tanto la indefensa capital— que rendirían sólo después de la batalla de Ayacucho— como el Callao mismo, que José Ramón Rodil se rehusó a rendir hasta enero de 1826. 98 Entre los varios miles de civiles que cayeron víctimas del amargo asedio de la fortaleza, iniciado en diciembre de 1824, se encuentra el extravagante editor Gaspar Rico y Angulo, cuya variopinta carrera en el Perú comprendió su trabajo como un administrador de los Cinco Gremios Mayores y, a partir de 1818, la administración de la recientemente establecida lotería de América del Sur. 99 Sin embargo, la causa principal de su fama y lo que le hace valioso para los historiadores es que Rico acompañó a La Serna a la sierra en julio de 1821, y durante los siguientes tres años publicó una serie de periódicos y panfletos con una imprenta portátil, primero en Huancayo y luego en el Cuzco, que constituyen una de las fuentes más importantes para comprender la estrategia realista en este periodo. 100
Rico ya gozaba de cierta notoriedad antes de la evacuación. Abascal le había desterrado de Lima en 1812, supuestamente por abusar de la libertad de imprenta para publicar materiales infamantes en El Peruano. En abril de 1821 Pezuela se quejó de sus“ ponzoñosas erupciones”( entre las cuales se encontraba haber llamado a la constitución“ un aborto de la ignorancia”), y Abreu atribuyó la intransigencia de La Serna en las negociaciones con San Martín a que estaba“ gobernado por Valdés y el periodista Rico”. 101 El bajo concepto que tenían de Rico fue aceptado por comentaristas que escribieron después de la independencia, entre los cuales se en-
98. Rodil, Memoria.
99. Rico falleció en febrero de 1826, varios días después de la capitulación de Rodil, pero a consecuencia de las privaciones sufridas durante el asedio.
100. Su valor se ve incrementado por la escasez de documentación oficial del gobierno de La Serna, debido en parte a la pérdida de muchos de los papeles del secretario virreinal dejados en el Callao en julio de 1821, y por haberse arrojado los informes oficiales al mar en las costas del Brasil rumbo a España, cuando el navío que los llevaba fue atacado por corsarios bonaerenses: Anna, Fall of the Royal Government, p. 269.
101. Ibid., pp. 67-69; Pezuela, Manifiesto, p. 128; Abreu,“ Diario político”.