Complutum | 7
Finalmente y debido a la astucia de la vieja, logra que Melibea ame a Calisto. Hasta aquí todo bien, sin embargo, la Celestina acaba siendo asesinada por su única debilidad, la codicia.
En la segunda parte, e influenciadas por la venganza, las sirvientas de la alcahueta deciden vengarse de Melibea ya que la consideran la culpable de sus desventuras. Paradójicamente, Calisto es el que acaba muerto por culpa de las señoras, y Melibea para evitar enfrentar a la realidad de la muerte del único hombre al que ha amado, se quita la vida.
Nunca dijimos que las historias tenían la obligación de acabar bien. El autor realiza una magnífica labor en la creación de los personajes de esta obra, dado que desde el primer momento que comienzas a leerla, te ves atrapado por sus versos. Sus personajes, no son meros arquetipos, son criaturas singulares, con características especiales. Obviamente, cabe destacar la figura de la Celestina, que nos hace recordar a la vieja Trotaconventos del libro de Buen Amor del Arcipreste de Hita. Este personaje está dominado por la pasión de la codicia debido a que su objetivo principal es la obtención de riquezas. Para ello emplea su perspicacia, su astucia e improvisación y el
arte de la seducción y del engaño. Por lo que podemos observar se trata de un personaje bastante completo.Calisto se nos describe como un joven pasional, retraído y melancólico unas veces, y exaltando otras. Como todo el mundo, es inseguro, indolente, egoísta y amoral; quizás es por eso por lo que nos vemos reflejados en este personaje.
Melibea es, sin embargo, más compleja. Sus características son mucho más humanas.
El resto de personajes, poseen un sinfín de detalles, con los que Rojas nos adentra en la historia. La mayoría de estos, poseen una connotación negativa, como es la envidia y el resentimiento, la lujuria…
Puede que los lectores no sepan distinguir la temática, ya que realmente, la historia gira en torno a varios temas, cabiendo destacar el amor pasional y avasallador que lleva a la perdición; la codicia, la fortuna arbitraria, la magia… y la muerte, la cual el autor llega a banalizarla e incluso a menospreciarla debido
a que para Rojas, la muerte solo supone finalizar la existencia, ¿realmente no es eso?
La libertad con la que Rojas trata el tema del tiempo y el espacio es uno de los rasgos más llamativos de la Celestina. Destaca en la obra la multiplicidad y simultaneidad de espacios; es decir, la trama se desarrolla en varios espacios, tanto exteriores como interiores. Por otro lado, el autor maneja dos tiempos, uno explícito, en el que la acción progresa de forma continua, y otro implícito, en el que transcurren los acontecimientos que nunca van a ser llevados a escena.
Como se observa en el transcurso de la trama, se vuelve a destacar un hedonismo materialista. Tampoco ha de sorprendernos debido a que últimamente hemos sido nosotros los que hemos popularizado este pensamiento, así como la conciencia propia, el anhelo de libertad... De la misma manera se realizan un sinfín de referencias hacia la sociedad en la que nos encontramos, ya que como en la obra, la nobleza ha sido desplazada por la alta burguesía y los criados comienzan a ofrecer un servicio a cambio de un salario, quizás es por eso por lo que surge el sentimiento de rencor y resentimiento hacia sus amos, por la codicia propia de estos tiempos.En la Celestina confluyen dos registros idiomáticos, el culto, retórico y saturado de erudición; y el coloquial, espontaneo, directo y lleno de refranes. Los personajes (tanto nobles como plebeyos) utilizan uno u otro según la situación. Por ejemplo encontramos que la alcahueta cuida su lenguaje en presencia de los señores y, en cambio, suelta modismos populares en contacto con los plebeyos.
Todo lo dicho no puede hacernos olvidar que Fernando de Rojas pretendía una finalidad didáctica o moral con su obra. En efecto, quiere corregir el vicio de los jóvenes de dejarse llevar por sus impulsos amorosos sin atender a las razones y consejos de los padres, así como castigar a todos aquellos que se dejan llevar por los consejos y prosapias de terceros ajenos a una relación, las alcahuetas.