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SABERES DEL SABOR.Un festin interdisciplinario

Entrevistas de campo, en el campo

“Aquí no hay días feriados…el trabajo en la tierra no para nunca(Gouveia, 2015)”

Joao Nunes de Gouveia, nació en Funchal (Portugal) y se vino solo a Venezuela con apenas 14 años en el año
1970. Tiene 43 años viviendo en San Diego de los Altos y su kiosco de hortalizas, frutas y verduras es un clásico del
sector Tipitiripe de San Diego de los Altos.
A pesar de que en una época vendía en el mercado mayorista de Coche actualmente prefiere no hacerlo por temor
al hampa. En su kiosco, una frutería de unos 20mts2 a orillas de la carretera principal hacia San Pedro de Los Altos, le
compran algunos negocios vecinos, restaurantes y transeúntes.
“Casi todo lo que se produce en esta zona va para Caracas, para el mayor de Coche…aquí
lo que no hay es mucha fruta: más que todo cítricos y cambures, de resto casi todos sembramos
hortalizas o se crían conejos, gallinas, pollos”.
“Ya cochinos no porque está prohibido, en toda Caracas están prohibidas las cochineras”
explica Joao con un marcadísimo acento que no delata la cantidad de años que tiene sin volver
por su patria.

¿Por qué hay tantos portugueses en esta zona?
“No sé, creo que por el clima se parece mucho al nuestro y aquí podemos hacer lo que nos
gusta hacer….El trabajo del campo es esclavizante pero esto es lo que le gusta a uno, es lo que
hacemos de dónde vengo, aquí se trabaja desde tempranito hasta las 6pm o 7pm. Mis hijos no
critican pero no les gusta nada este trabajo… es que esto es esclavizado, noche y día, días de
fiesta, lloviendo…el trabajo en la tierra no para nunca”.

En su terreno el señor Joao siembra espinaca, acelga, lechuga, berro, perejil, cilantro, rúcula, repollo, berenjena
incluso pimentón. Vende también frutas y tubérculos pero eso lo traen de otras partes de Venezuela más calientes.

¿Qué ha cambiado en todos estos años?
“Siempre he sembrado lo mismo pero actualmente no se consigue nada, toda la vida hemos
trabajado con semillas importadas pero ahora no hay. Resuelvo con lo que se consigue, por eso es
que está todo tan caro que el gobierno va a tener que tomar medidas.

Tampoco hay mano de obra, la gente prefiere andar bachaqueando1…y dedicarse al campo
no es negocio si se gana lo mismo bachaqueando. Faltan los insumos y la gente para trabajar, la
tierra siempre da y la gente no deja de comer…antes sembraba cilantro hace 2 meses costaba Bs
300 el kilo de semilla y actualmente está en Bs3000.
De resto, ha cambiado muy poco…la palabra valía más que los reales, usted se comprometía a
pagar y le prestaban, ya no… no se puede. La gente cumplía y hoy muy pocos cumplen”.

Con respecto a sus compradores, el señor Joao admite que si han cambiado un poco los gustos y la gente cada
vez más come verdes, comen mayor variedad de hortalizas aunque estén cada día más caras.

¿Ud tiene un plan B Señor Joao?
¿Yo? ¿Fuera de esto? El cementerio
1
Bachaquear es un neologismo elaborado sobre una imagen sugerente: una fila de bachacos, de grandes hormigas, llevando alimentos y
materiales de construcción de un sitio a otro. Como todo verbo (Wikipedia dixit), bachaquear expresaría “acción o movimiento, existencia, consecución,
condición o estado de un sujeto”. A quien bachaquea lo denominamos bachaquero, y no bachaco. Al bachaquero suele atribuírsele un único objetivo:
comprar a precios relativamente bajos para vender a precios relativamente altos. Definición tomada del artículo Bachaquear del profesor Ronald Balza
publicado en periódico universitario El Ucabista.

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