compilado1erdiplomado Compilado del 1er Diplomado AC UCV | Page 41

DE RECETAS Y RECETARIOS II. Jean-Francois Revel decía que “los mayores logros en el arte de la gastronomía se han conseguido precisamente cuando el refinamiento de las recetas se acompaña de una compleja concepción y una ligera realización.  Mezclar no es combinar, los platos más exóticos pueden resultar demasiado fuertes sin bondades para el sabor. Por el contrario, las realizaciones más simples pueden convertirse en alta cocina cuando, de la asociación de dos o tres productos (que incluso pueden ser corrientes), se desprende un sabor original, particular, un sabor que sólo cierta ‘mano’ puede lograr”. (Jean-Francois Revel: Un festín en palabras. Historia literaria de la sensibilidad gastronómica desde la Antigüedad hasta nuestros días. Tusquets editores, 1996).  El periodista venezolano Alberto Veloz, a propósito de la importancia de los recetarios, cita a la veterana y muy sensible cocinera caraqueña Helena Ibarra: “Los recetarios son el orden indispensable para asegurar la perfección en una preparación y, en general, nos indican un grupo de ingredientes que asociados reflejan el uso que se le da en una región, para realzar un producto comercial  o para complacer los gustos de una familia en particular.” (El valor cultural de los recetarios de cocina. Estampas, 11 de Julio de 2014. http://www.estampas.com/cocina-y-sabor/140711/el-valor-cultural-de-los-recetarios-de-cocina) La misma Helena Ibarra en el prólogo que tituló “Una pizca de razón exalta la sazón” para el libro Diez menús bien pensados, señala: “En el misterioso mundo de la creación culinaria se gesta la vida, se construyen mágicos caminos de azúcares reconfortantes, se asocian sales y carnes para satisfacer nuestras necesidades vitales, así como calmar nuestro tránsito por la vida con excitantes parcelas de placer condimentadas.  Se construye todo un enjambre simbólico que recorre nuestras vidas desde la niñez, un menú que ilustra perfumes marcados por un profundo arraigo cultural y psíquico”. Veloz, igualmente, pone a hablar a algunos actores de la cocina y la gastronomía nacional actual. Veamos: Tamara Rodríguez: “Los recetarios son muy importantes. Todo lo que está escrito es una referencia. Dejan constancia de un momento histórico, económico, social”. Armando Scannone: “Los recetarios permiten conservar esa parte de nuestra cultura que es la comida y gastronomía tradicionales”. Víctor Moreno: “Los recetarios son fundamentales. En el año 2010 se publicaron más de 12 libros de gastronomía venezolana. Excelente termómetro del momento que viven nuestros platos”. Mercedes Oropeza: “Es muy importante el recetario porque es la única manera de garantizar que las recetas perduren en el tiempo y que las generaciones futuras puedan echar mano de ellas”. José Rafael Lovera: “La importancia de los recetarios es muy grande. Es parte de la sistematización necesaria”. Rafael  Cartay: “Un recetario es una guía indispensable para proceder en la cocina, es la codificación de la tradición alimentaria. Allí se inscribe el acercamiento a la tierra natal, las maneras sociales de relacionarse y, especialmente, unas normas de vida que nos permite reforzar el sentimiento de lo que somos y lo que no somos”. José Luis Álvarez: “Los recetarios confiables son el reflejo de la memoria culinaria de un pueblo, son los que nos han permitido conocer nuestra gastronomía, y a su vez han contribuido a mantener y preservar nuestro bagaje culinario”. Convengamos entonces por definir el recetario como “un compendio, un digesto, un conjunto de propuestas que han sido probadas tanto en su manufactura como en su sabor; es un texto familiar que se guarda no en la biblioteca, sino en la cocina, siempre a la mano; reúne anteriores escritos, aquellos que ya fueron experimentados tiempo atrás por otras mujeres (o autores, decimos nosotros); es un cuaderno para leer, escribir y sobre escribir, pues siempre hay un elemento de nueva perfección; es un libro abierto que integra el pasado, el presente y el futuro. Las recetas se escriben para no olvidar y repetir el hallazgo, economizar el gasto, retener el placer de alimentar y complacer a la 41