compilado1erdiplomado Compilado del 1er Diplomado AC UCV | Page 170
SABERES DEL SABOR.Un festin interdisciplinario
prolongado de espera y “atención”, en el cual la interacción entre cliente y cocinero resulta generalmente amena y
bromista. Aquí, dependiendo de la cantidad de clientes y pedidos pendientes en ese instante, los usuarios deben
esperar en orden de llegada para que los cocineros tomen su ticket y comiencen a preparan los platillos, no sin antes
preguntarles si se les prepara con los aderezos estándar, personalizados o “con todo”, además de optar por alguna de
las opciones de embalaje, dependiendo si el pedido es para llevar a otro lugar o comer en el propio puesto. Posterior a
esto se produce el despacho del pedido, el cual puede efectuarse en el mismo mostrador o, de haber poca concurrencia
en el puesto, los propios empleados del local llevan los alimentos a las mesas donde previamente se han sentado los
clientes.
A continuación, se desarrolla el consumo, en el cual los comensales ingieren los alimentos en solitario o
amenizados por la compañía y conversaciones con otras personas. El consumo discurre a través de tres modalidades,
entre las que se distinguen el que se hace sentado en la zona de sillas y mesas, de pie frente al mostrador de la cocina
o el realizado dentro o alrededor de los autos particulares, principalmente cuando las mesas se encuentran llenas.
Luego de finalizar el alimento, transcurre un período que puede ser corto o largo, en el que los comensales se quedan
charlando o simplemente sentados mientras digieren un poco la comida. Por último, los individuos se mueven de sus
lugares, desechan los desperdicios en el cesto de basura y abandonan el puesto.
De esta forma, la Calle del Hambre de Baruta, así como cualquier otra del país, se estructura bajo una serie
de normas, códigos, significados, ingredientes y procedimientos, dotándola con las cualidades inherentes a un
sistema alimentario, a su vez inserto dentro de otros más extensos y globales. Así, contrario a lo que comúnmente
se construye en el imaginario colectivo sobre este tipo de comidas y prácticas callejeras, en especial debido a su
aparente “sencillez”, la dinámica alimentaria desarrollada en la Calle del Hambre de Baruta representa un complejo
entramado sociocultural que se construye diariamente a través del accionar de los actores sociales que participan de
sus prácticas, elaborando sentidos y discursos sobre lo que allí se hace, se cocina, se come y el cómo se come. Por
tanto, resulta antropológicamente gratificante pensar e imaginar la calle del hambre como un micro sistema social,
un pequeño universo gastronómico que merece, como cualquier otra forma de expresión de la diversidad cultural
y alimentaria, ser aceptada, respetada y valorada, no sólo por instituciones del Estado y sus políticas públicas, sino
también por los ciudadanos comunes, de a pie, que en algún momento de sus vidas han decidido pararse en la calle a
comerse una bala fría o un “asquerosito” para alimentar algo más que el estómago hambriento.
Consideraciones finales
Como se ve, la Calle del Hambre de Baruta se ha convertido en un enclave del espacio público baruteñocaraqueño con una riqueza prác