compilado1erdiplomado Compilado del 1er Diplomado AC UCV | Page 151

AVANCES DE INVESTIGACION Sea como sea, nos damos cuenta de que el “descubrimiento” del café en todas sus leyendas, converge en que el cafeto y su fruto tienen origen en algún país árabe. Ferré asegura que “es originario de la alta Etiopía, quizás de la región de Kaffa, de donde podría venir su nombre”. (Ferré, 1991: 17) También convergen en que esta bebida se comenzó a tomar como infusión de los frutos y las hojas para obtener de él los beneficios milagrosos que las leyendas anteriores exaltan, como que vigoriza el cuerpo, merma las penas, produce bienestar y además es enviado por Dios para el bien de los “hombres” que a él servían. Como vemos, la mujer solo aparece en las leyendas como objeto decorativo de las historias, ya sea en la de Omar, donde su exilio es causado por culpa de su amor hacia la princesa; o en la del profeta Mahoma, en la que “luego de beber el café pudo vencer a cuarenta caballeros armados y ‘complacer’ a unas tantas mujeres en el mismo día”, demostrando así su virilidad, y con esto afirmando el patriarcado y falocentrismo que reinaba para el momento y aun no desaparece en nuestros días. Y aunque hoy “tomar café” es asociado indistintamente con los hombres y mujeres, no siempre fue así, pues la afinidad masculina que presentan las fábulas anteriores se notó también en el consumo y las relaciones que en torno a él se propiciaban. Ya fuera que habláramos de los oromo9, quienes la consumían como alimento mayormente para aumentar la energía y lograr las extenuantes tareas diarias, destacando como importante la de “vigorizar a sus guerreros”. O fueran un grupo de musulmanes, sabios y aprendices, que se reunieran en la calle en círculo y bebieran la infusión, todos del mismo recipiente, pasándolo uno tras otro mientras conversaban sobre sus estudios. O habláramos ya a finales del siglo IX de esta actividad social en algún café público, donde se dice “los hombres, que las mujeres ya es otra cosa, jugaban al ajedrez, [y] los poetas iban a recitar sus versos…” (Azcoytia, 2013) … Al imaginarse los escenarios no se piensa, conociendo un poco la religión y las creencias instauradas con más fuerza hace tanto tiempo por esas latitudes, que en alguno de estos grupos se encontrara una o algunas mujeres. Hasta ese momento, la historia que encontramos en un pequeño sondeo, nos haría pensar que esta actividad social era acaparada por los masculinos. Sin embargo, esto no quiere decir que no hay referencias en cuanto al disfrute de las mujeres en estos lugares, pues hay retratos de cafés (establecimientos) en los que se encuentran reflejadas figuras femeninas, pero es de notar que en general, las reseñas en cuanto a las mujeres y al café aparecen asociadas más hacia lo negativo. De hecho sucede, por ejemplo, justo cuando se habla del primer momento conflictivo en la historia del café, donde el emir Khair Bey … estableciendo una relación entre el café y bebidas estimulantes vetadas por el Corán… resolvió desencadenar una violenta ofensiva contra el café… esto debido a que a principios del siglo XVI, las “casas de café” comenzaron a proliferar en la Meca, donde hombres y mujeres se reunían para cantar o escuchar música, pero sobretodo, para degustar su infusión favorita. (Ferré, 1991: 77) Fuente: Ferré, Felipe. (1991). La aventura del café. Ediciones Altamir. Paris. Pag. 145 9 Tribu conocida como la primera conocedora y manipuladora del café; quienes lo utilizaban más como un alimento preparando de manera ceremonial en una mezcla de grasa o manteca y café triturado en forma de bola (el “buna”) la cual era consumida royéndola. 151