compilado1erdiplomado Compilado del 1er Diplomado AC UCV | Page 127

aguerrido atacándose constantemente, acusándose de alterar las harinas con otros aditamentos y falsificar el pan, por lo que fue necesario identificar los barriles de distribución con las letras de una u otra panadería. Para 1887 Ramella puso en actividad un carrito tirado por un caballo con un lema “Para comedores de buen pan” e inmediatamente lo imitaron sus opositores…de esta forma cada innovación fue replicada por el resto de las panaderías en el afán de posicionarse en las preferencias de los consumidores. En paralelo al desarrollo de las panaderías, se crearon en Caracas las reposterías, pastelería y confiterías que se hicieron muy populares hacia 1890, en las cuales se ofrecían pastas, dulces, helados, pastelitos calientes, frutas secas, licores finos y cervezas inglesas y alemanas. Estos establecimientos eran muy frecuentados por la gente de cierto poder adquisitivo quienes los visitaban después de las funciones de teatro para tomar un refrigerio. Entretanto el consumo de las diferentes preparaciones con harina de trigo creció de más en más, especialmente durante el rápido proceso de urbanización, a pesar de que la producción nacional del rubro se había retraído. En este caso, la creciente importación cubrió las deficiencias, y el país se convirtió en un gran importador de trigo. Aumentó notablemente el número de panaderías en todo el país, utilizando principalmente maquinarias francesas e italianas y se produjeron muchos tipos de pan, en las categorías de salado y dulce. El consumo de harina de trigo se extendió también al consumo de pastas alimenticias (tallarines, macarrones, espagueti, etc.) y al empleo de la harina para la preparación de empanadas, pastelitos, arepas andinas y tortas caseras. El consumo de arepa, el pan popular del venezolano, hecha con harina de maíz, exhibió durante mucho tiempo una tendencia a la disminución. La aparición de la harina pre cocida de maíz a comienzos de la década de 1960 provocó un cambio violento en la tendencia a la disminución de consumo del maíz, porque a los venezolanos les resultaba ahora más fácil y rápido que antes elaborar la arepa. Así se revertió la tendencia en la estructura del consumo de carbohidratos, que beneficiaba al trigo en perjuicio del maíz y se produjo uno de los cambios alimentarios más importantes del siglo XX en Venezuela. Los portugueses, en sus panaderías, nos fueron enseñando a apreciar las distintas posibilidades de preparar y presentar el pan salado de trigo, que fue durante mucho tiempo, y aún sigue siendo, uno de los alimentos urbanos por excelencia. Lo mismo puede decirse de otras oleadas inmigratorias, como la caribeña o la sudamericana, que, en distintas épocas, influyeron sobre el desarrollo de nuestra gastronomía. De esta manera, sumando los distintos aportes externos a las disponibilidades propias, se ha ido conformando la cocina venezolana. Eso es importante reconocerlo, porque el régimen alimentario constituye uno de los rasgos identitarios más importantes y reveladores de cualquier cultura. Con el pasar del tiempo panaderías y pastelerías se fueron fusionando hasta el sol de hoy que encontramos infinidad de cafés, panaderías, pastelerías y afines que ofrecen todos los productos en un mismo local. 127