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SABERES DEL SABOR.Un festin interdisciplinario

según sus dueños, se remonta a la época colonial. Con
la hacienda cacaotera se creó entonces un nuevo tipo
de unidad productiva: la de los “grandes cacaos”. Fue
en el siglo XVIII, con el auge del comercio y el consumo
de cacao, la intensificación del contrabando, y con la
llegada de la Compañía Guipuzcoana (1728), cuando
se observa la aceleración del proceso de introducción
de la mano de obra negra esclava y de sus posteriores
descendientes en la región de Barlovento y de toda su
influencia.

Sin planificación urbana, abarrotada en pocas
calles de pequeños comercios de ropa, celulares,
buhoneros y quincallas, no pareciera quedar rastro
alguno de la opulencia vivida durante la época en
que Venezuela fue la gran exportadora de cacao. A
Caucagua llegaba todo el cacao de la zona y de allí
salía por varias vías, unas legales y otras no, al resto
del mundo. Sin embargo, hoy todavía existen grandes
haciendas de cacao en el municipio Acevedo y sus
alrededores: El Rosario, Urrutia, San Jorge, y otras
fincas más pequeñas; según Hermenegildo Sojo,
miembro de la Asociación Nacional de Productores de
Cacao, entre todas superan las 100 y llegan a producir
más de 7 millones de kilos de cacao al año (más del
44% de la producción nacional), de los cuales 5 son
vendidos a Nestlé a Bs. 850/Kg.

Ilustración 4. Cacao barloventeño. Fuente: https://santuariodelasmercedes.org/

Del cultivo de cacao, la construcción y el
comercio provienen los principales ingresos de las
familias de Caucagua; en el sector público, la docencia
y Empresas Polar se encuentra la otra parte. Empresas
privadas como Panificadora Bimbo han cerrado sus
plantas de producción en la zona, al igual que radios y
otros medios de comunicación.

Un oso Polar en Caucagua

Ilustración 5. Cacao de Hacienda El Rosario. Fuente: Amazon.com

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