compilado1erdiplomado Compilado del 1er Diplomado AC UCV | Page 101
PRÁCTICAS DE COCINA Y ESCUELA
DEL SALADO AL MONTE
Sistematizacion de la experiencia de trabajo con
un grupo de mujeres cocineras emprendedoras
de caucagua
La alimentación constituye uno de los pocos terrenos en que un fenómeno relevante a la vez para las ciencias
biológicas y humanas, es susceptible de una cuantificación precisa y mediatiza una acción recíproca de la naturaleza
y la cultura. Para los efectos de este trabajo partimos de que la alimentación es una práctica cultural, un factor de
diferenciación: En las elecciones de los comensales, en la manera de preparar los alimentos, en los gustos y las
aversiones se expresan muchas características y contradicciones de los colectivos humanos.
Caucagua, una comunidad cercana a Caracas ubicada en la región de Barlovento, tiene en Los Cerritos la
presencia de Empresas Polar, lo que la hace beneficiaria de los programas de responsabilidad social de su fundación.
Este documento describe la experiencia de capacitación en talleres de gastronomía dictados a un grupo de mujeres
emprendedoras de esa zona entre diciembre de 2014 y julio de 2015. Ellas han trabajado durante 17 años a las puertas
de la planta de Pepsi Cola Venezuela, ofreciendo para la venta desayunos, almuerzos, tortas, jugos y café a empleados,
visitantes, caleteros y transportistas. Lo han hecho de manera informal sin ningún tipo de figura jurídica, sin criterios
de mercadeo ni conocimientos en técnicas de cocina, información nutricional, cocina saludable o de fácil acceso.
Por esta razón la capacitación en gastronomía fue la segunda fase de un programa dirigido a impulsar la
organización de esas mujeres para la producción de alimentos de una manera metódica y eficiente, que pudiera
contribuir a lograr mayores ingresos de una manera regular y, en consecuencia, una mejor calidad de vida. La
efectividad del programa dependería de la posibilidad de romper esquemas y prácticas tradicionales de alimentación
características de la región, mostrando las diversas alternativas que podrían lograrse mediante el aprovechamiento de
alimentos y productos disponibles en el mercado local.
Vivir esta experiencia con este grupo de mujeres nos permitió acercarnos al espacio social alimentario
de Caucagua, conocer sus preferencias, el lugar que ocupa la carne o los alimentos rendidores como el arroz, el
desconocimiento de los vegetales, la sabiduría del dulce expresado en el uso del coco, los tipos de cambures, la yuca
y el papelón, sus sopas, sus potajes, sus horarios y su comensalidad. Al mismo tiempo se crearon dos cooperativas
de producción y comercialización de alimentos que hoy prestan sus servicios formalmente a la empresa. Y sobre
todo esta experiencia representó cambios importantes en los hábitos de alimentación en los hogares de las mujeres,
incorporación de otras preparaciones, uso de técnicas de cocina olvidadas como el horneado, reducción del uso de
frituras y conocimiento sobre otras cocinas y culturas desconocidas hasta entonces. Fue una manera de ampliar el
panorama, casi premonitoria, de lo que iba a ocurrir un año después.
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