Algunos investigadores de la cultura judía, afirman que no se puede hablar de una cocina judía y sefardí debido a que podría haber sido costumbre adaptar variables culinarias locales como el queso o carne a la observancia de la tradición culinaria judía kosher.
Sin embargo, a pesar de intentar mantener la tradición, las técnicas, y el empleo de ingredientes, su posterior dispersión por Europa y América en 1492 hicieron que esta se fuera enriqueciendo con las tradiciones y los ingredientes de los países a los que llegaron como verduras y pescado.