Comentario texto_ Nietzsche, F. (1873) Sobre verdad y mentira Comentario_Nietzsche, F._Sobre verdad y menti | Page 12
posible su concordancia, que no depende de ninguna instancia ulterior, sino de las
propias relaciones culturales y los usos. Responde a esta pregunta con el esbozo de la
metafísica de la subjetividad y el método genealógico (martillo y cincel), que dan
cuenta de la pregunta implícita sobre el origen del lenguaje: independientemente del
carácter innato o no del lenguaje, cosa que parece ser que Nietzsche no llega
verdaderamente a cuestionarse como hizo Platón en el Crátilo, quedándose
exclusivamente en el aspecto cultural del lenguaje y defendiendo, por tanto, una teoría
convencionalista sobre el lenguaje: nuestra relación con el mundo exterior se basa
en un proceso creativo de generación de símbolos, cuyos significados son relativos
a la relación de los sujetos que los ponen en uso e intrínsecos a las mismas, nunca
las trascienden, por tanto, sólo olvidando estas relaciones y usos puede el hombre creer
estar en posesión de verdades eternas.
-En este conjunto de relaciones y usos existe un polo sensorial y vital en el que queda
anclado la construcción del concepto, que progresivamente se va desligando y
separando del mismo: el impulso nervioso convertido en imagen (primera metáfora:
primer salto subjetivo), después en sonido (segunda metáfora: segundo salto
subjetivo). Nietzsche no se cuestiona la preeminencia de la imagen sobre el sonido o la
relación existente entre imagen, sonido y significado, simplemente la remite al elemento
originario desde el punto de vista temporal: la sensación. Lo más primario, desde el
punto de vista vivencial es el flujo perceptual (Hume), aunque posteriormente la Gestalt
estableciese una distinción entre sensación y percepción, posiblemente fundamental
para entender el lenguaje o aproximarse a su génesis como fenómeno, no ya cultural,
sino gnoseológico, según la cual hay ciertas regularidades en lo percibido.
-Nietzsche defiende la existencia de un elemento arbitrario, subjetivo o
convencional, dependiente exclusivamente de la estructura interna del lenguaje y
relacionado directamente con la experiencia social del mismo, el uso marcado por
grupos sociales, en tanto que somos seres gregarios. Posiblemente, fuera de este existir
gregario no podría darse el lenguaje, de ahí que los niños ferinos no hayan podido
desarrollarlo de la misma forma, por lo que debe haber en él un elemento morfológico
que lo posibilite y otro social. La asociación sonido (significante) y concepto
(significado) del que la imagen mental forma parte es arbitraria, producto del uso social,
e incluso en algunos casos, explícitamente convencional y su concordancia con los
objetos externos a los que pudiera apuntar es absolutamente construida, la antítesis de la
transparencia lógica que Wittgenstein defiende, por ello el armazón lógico no es más
que el resultado de la abstracción de lo vivo, lo experiencial, lo vivenciado y no remite a
ninguna esencia, noúmeno o “cosa en sí”. La lógica, para Nietzsche, no es más que el
“packaging” interno del lenguaje, fruto de la depuración racional de los usos.
-Como consecuencia, la tautología sólo es el resultado de un proceso de abstracción,
una cáscara; no obstante, tanto en matemáticas como en arte (similitud) la identidad es
necesaria, ninguna de esas disciplinas puede entenderse sin ella, aún en la inmanencia
de los usos, no es posible representar ni codificar sin este principio. Paradójicamente
hasta la onda sonora que describe el experimento de Chladni, del que Nietzsche era
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