Comentario texto_ Nietzsche, F. (1873) Sobre verdad y mentira Comentario_Nietzsche, F._Sobre verdad y menti | Page 11
2.1.4. La verdad es una cuestión de supervivencia y homeostasis, no de
esencias (líneas 76-106). Respuesta a las preguntas retóricas: la verdad es una
convención para alcanzar la paz y el orden social necesarios para garantizar la
supervivencia
-En estas líneas Nietzsche hace una referencia explícita a la teoría política de la
Modernidad y al contractualismo clásico, concretamente a la teoría hobbesiana
sobre el origen de la cultura y el Estado. De nuevo salta del concepto al plano social
para responder parcialmente a las dos preguntas retóricas sobre la verdad que marcan
parte de la estructura del texto: ante la necesidad de vivir gregariamente y garantizar la
armonía social, las culturas convienen qué es lo verdadero, entendido como lo útil a
la supervivencia y a la convivencia y considerando como falso aquello que no lo es; es
decir, lo falso o lo inmoral es todo aquello que pone en peligro la armonía social. No
es otro el origen de esta dicotomía, de ahí que sea Zoroastro uno de los primeros en
introducirla y el que regresa para diluirla. Las normas se basan en la utilidad, en la
garantía de orden y armonía social y no en ninguna esencia trascendente. El impulso
hacia la verdad está implícitamente fundamentado en la consecución de la paz
social y no en ninguna entelequia metafísica, dicho objetivo y su materialización y
cristalización en normas, es el fundamento de un consenso cultural sobre lo verdadero.
El mentiroso no es más que el que abusa de la convención en su propio beneficio, el que
transgrede lo convenido, por eso nos dice Nietzsche “los hombres no huyen tanto de ser
engañados como de ser perjudicados mediante el engaño” (pg. 23).
-El contraste entre verdad y mentira, así como el de lo moral y lo inmoral, tiene su
origen en el plano cultural, social y normativo y cristaliza en el lenguaje, en tanto que
los conceptos son el sedimento de estas relaciones sociales que constituyen la cultura,
encaminadas a la supervivencia de la especie (voluntad de supervivencia sedimentada
en lenguaje). En este sentido, Nietzsche concluye que el hombre no busca verdades,
sino equilibrio, homeostasis, de hecho, no desearía jamás las consecuencias de la
verdad si éstas fueran perniciosas.
2.1.5. Las palabras y las cosas (líneas 106-161)
-“¿Concuerdan las palabras y las cosas? ¿Es el lenguaje la expresión adecuada de
todas las realidades?” (p.23), se pregunta Nietzsche. Esta pregunta parece remitir a la
cuestión radical sobre la génesis del lenguaje. El problema nos remitirá históricamente
a teorías sobre el lenguaje casi contemporáneas de Nietzsche como el estructuralismo
(F. de Saussure) y a la filosofía del lenguaje posterior al segundo Wittgenstein, pero este
texto es ya precedente de este giro lingüístico del pensamiento del siglo XX. La
respuesta de Nietzsche es taxativa: no concuerdan, o sólo los hombres hacen
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