CLEU - AUTOFALSIFICACION O FALSIFICACION POR DISIMULO | Page 63
Teoría del triángulo del delito.
El triángulo del delito se presenta como una herramienta de aná-
lisis, argumentando que la alteración del orden está directamente
relacionado a la presencia de un delincuente motivado, un objetivo
viable determinado por un lugar y tiempo conveniente y la ausen-
cia de controles formales o informales para evitarlo. (Garrido et al,
2001), (Moliné & Larrauri, 2001).
De acuerdo al modelo teórico de esta corriente, los incidentes
delictivos pueden agruparse en cuatro diferentes formas, consi-
derando el contexto particular de cada incidente: en primer lugar,
existen conductas que pueden representar un problema, estas
son comunes en determinados incidentes delictivos, por ejemplo,
manejar bajo la influencia del alcohol o drogas, violencia inter-
personal, robo a personas o comercios, entre muchas otras, po-
tencialmente cualquier tipo de conducta puede convertirse en un
problema; en segundo se considera que algunos lugares pueden
ser más comunes a presentar incidentes donde se presenten uno
La teoría de la elección racional (TER), es una
perspectiva teórica general en las ciencias del com-
portamiento y su ámbito no se limita al campo de
la criminología, los primeros en usarla en este con-
texto fueron Cornish y Clarke, sosteniendo que la
conducta delictiva se debe a que determinados indi-
viduos buscan beneficios de forma ilegal asumiendo
el riesgo a la sanción. Garrido et al. (2001).
En esta teoría se sostiene que le delincuente
realiza un cálculo del costo-beneficio que puede
obtener de realizar la conducta; por lo tanto, se en-
tiende que cuando el delincuente toma la decisión
de actuar es porque percibe que las condiciones
para realizar el ilícito son óptimas, luego entonces la
conducta delictiva es fruto de una decisión racional.
Moliné & Larrauri (2001).6
Esta perspectiva se diferencia de las activi-
dades rutinarias, en cuanto a que esta
considera las condiciones mínimas
para que se origine delito, mientras
que TER estudia la toma de deci-
siones para realizarlo, conside-
rando que todo comportamiento
implica una selección, conscien-
te o inconsciente, de determi-
nadas acciones, entre todas las
que son físicamente posibles,
para el que actúa y para aquellas
personas sobre las cuales este ejer-
ce influencia o autoridad, por esta razón
incluso en el caso de las conductas delictivas
que parecen ser más bien impulsivas o patológicas,
siempre existe un componente racional. Cornish &
Clarke (1986).
Las premisas básicas de esta teoría nos dicen
que la conducta del delincuente involucra de su par-
te un proceso de toma de decisiones y de selección
de oportunidades, las cuales están influidas por el
tiempo, la habilidad cognoscitiva y de la información
que posea el criminal sobre él objeto o satisfacción
que pretende obtener a partir de la realización del
acto criminal.
De esta manera entendemos como las situa-
ción o condición del ambiente, en el que actúa el
delincuente afecta su proceso cognitivo y en última
instancia la toma de decisiones sobre la realización
o no del acto. Es necesario también, estudiar la “es-
pecificidad del delito” cuando se analiza la toma de
decisiones del delincuente y su selección de opor-
tunidades ya que el tipo de delito o el beneficio que
pretende obtener afectará su toma de decisiones y
por ende nos brinda información útil al momento de
desarrollar estrategias de prevención de ese tipo de
conducta en
específico; al mismo tiempo es necesario tratar de modo se-
parado las decisiones relacionadas a la etapa donde se integra el
delincuente en el acto o evento criminal. Ya sea las decisiones que
toma el delincuente en la etapa donde se involucra inicialmente en
el acto o evento criminal, separadamente de las decisiones toma-
das por el mismo durante el desarrollo del evento en sí y el caso
de la selección del objetivo. Esto, permite un análisis más amplio
que a su vez permite la implementación de intervenciones más
apropiadas. Moliné & Larrauri (2001).
De esta manera llegamos a la conclusión que la conducta hu-
mana, ya sea social o delictiva, no es arbitraria, ni autodetermina-
da, estará siempre influenciada por la sociedad y será resultante
del ambiente en que vive y se desarrolla el sujeto, factores como
la diversidad de densidad poblacional, la religión, las costumbres,
la constitución de la familia, la educación, las enfermedades a las
que se encuentra expuesto, el orden económico y político, etc.
Afectarán su proceso cognitivo y toma de decisiones, a esto se
le conoce como socialización en donde el sujeto adquiere
impulsos y aprende en su interacción social a satisfa-
cerlos o reducirlos de acuerdo con el aprendizaje
que experimente. Entonces según Moliné y La-
rrauri (2001): “las conductas delictivas y violen-
tas se aprenden por imitación en un entorno
sociocultural, que además se ven moldeadas
de acuerdo con el medio interactivo por vía de
aprobación o desaprobación social que dan
lugar al refuerzo positivo o a la extinción de la
conducta aprendida”
Por lo tanto, para esta teoría el delito se con-
sumará cuando se percibe como una solución via-
ble para alcanzar un bien deseado, entonces se adop-
ta una decisión en forma racional, considerando los factores
de la oportunidad y falta de vigilancia que presente el ambiente,
así como la experiencia de aprendizaje del sujeto en función de lo
que ha registrado según su sistema de valores y normas.
Teoría de la elección racional.
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