Mucho se ha dicho de las aptitudes que debe tener un
empresario: que debe ser optimista, flexible, abierto,
cooperador… Pero ¿y de la actitud que debe tener para
ser un empresario de éxito?
El levantarse día a día, afrontar retos y amenazas, así
como mantener al día las aptitudes, puede ser una
dinámica difícil mientras más altas y demandantes
sean las metas, y quienes han logrado el éxito pueden
comprobar que todo puede (y será) posible, mientras el
ánimo y la mentalidad sean las correctas.
Sin importar que habilidades o destrezas tenga un empresario, es la posición
que asume frente a los retos y su actitud frente a ellos lo que marca la diferencia
entre un ganador y uno más del montón. Esto puede verse reflejado en una
de las actividades más demandantes de nuestra sociedad, tanto mentalmente
como psicológicamente: el deporte profesional.
Al igual que alguien que va a comenzar un emprendimiento personal o que
toma una posición de liderazgo en una empresa, los deportistas profesionales
llegan lejos siempre y cuando sus aptitudes y fortalezas son lo suficientemente
fuertes para destacar entre su competencia, pero no podrían llevar a cabo nada
de lo que se propusieran si su mente entera no estuviera dispuesta a hacerlo.
La preparación mental de un atleta deportivo debe permitirles rendir de forma
constante, por lo que deben estar en constante impulso de su mind set. Los atletas deben
trabajar en su enfoque, confianza, compostura y estrategia con mucho tiempo de antelación
a una fecha específica y, aun así, aplican rutinas específicas que los ayuda a concentrarse 100%
“en el juego” y rendir al máximo.
Por ejemplo, el futbolista Cristiano Ronaldo, luego de llegar al estadio y calentar un poco,
es pasar un rato mirándose al espejo una vez termina de ponerse el uniforme. Según su ex
compañero del Manchester United, Wayne Rooney: "Se coloca el kit (deportivo), las botas, y
después, mira su reflejo y se queda mirando, preparándose mentalmente para el juego". Esta
estrategia le permite al futbolista centrarse en el momento, cargar sus niveles de confianza y
autoestima y cortar distracciones que puedan mermar su desempeño.
Ronaldo continúa su rutina incluso cuando un partido termina. Después de un juego, comerá
en el estadio, tomará baños fríos y calientes y nadará unos 20 minutos en la alberca. Este nado
ayuda al portugués a repasar los eventos del juego y a aclarar su mente.
23 • @revistaclaseempresarial