Ese viejo sueño que se mueve
fábrica, no tenía ganas de pasar mi vida en esa
fábrica, es la verdad. Esta relación diferente con el
trabajo es encarnada por el técnico que va de
fábrica en fábrica, que no se apega especialmente a
ningún colega ni a ningún espacio de trabajo, y los
otros obreros que sí están ahí desde hace mucho
tiempo y serán despedidos. También quería
romper con el miserabilismo que generalmente
acompaña este tipo de películas sobre el final de
una fábrica, cuando se lamentan “Ah, perdimos
nuestro trabajo…” y eso. Yo vi a mi padre perder
su empleo en la fábrica y no me pareció que
anduviera por ahí, cotidianamente, con su miseria.
La depresión vino después, después de un enorme
período de ocio, pero en el momento en que perdió
su trabajo no era tan dramático, tan lacrimoso,
tampoco era tan desdichado. Este proyecto nació
además de un doble proyecto. Tenía un proyecto
en torno al trabajo pero además tenía otro. El que
giraba en torno al trabajo era más bien documental; el otro estaba más relacionado con el deseo.
Siempre me ha fascinado el deseo, qué es lo que
hace que uno tenga ganas del otro, qué es lo que
hace que el otro no. Entonces pensé en una historia
de tres hombres que se deseaban el uno al otro pero
sin la distribución correcta. A deseaba a B pero B
no deseaba a A y B deseaba a C pero C no deseaba
a B y así… Y un día tuve la excelente idea de
reunir esos dos proyectos. Eso me permitió rebasar
un callejón sin salida al que me enfrentaba yo
mismo, social y políticamente, es decir el callejón
sin salida de las crisis, las fábricas que cierran. Es
cierto que peleamos contra el cierre de las fábricas,
pero las fábricas cerraron de todas maneras, y yo
me preguntaba: “¿Y ahora qué? ¿Qué tenemos que
hacer?”. Entonces quería conectar esa crisis social
con el deseo, el deseo de otra fraternidad, de otra
solidaridad, todo eso me interesaba mucho. Me
sentí muy contento el día que decidí terminar la
película en una no-resolución desde el punto de
vista sexual, es decir que se van juntos, no se van a
acostar juntos, pero van a seguir siendo amigos.
Incluso políticamente era primordial que terminara
así. Tal vez es más anecdótico, más sociopolítico,
pero también me permitía recordar algunas cosas,
en un contexto siempre igual, siempre tan francés,
tan pequeñoburgués, volver a plantear la cuestión
del deseo, de la sensualidad, de la sexualidad, de la
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