para su trayectoria profesional y Hirsch sorprende
por embarcarse en una nueva aventura salvaje.
Seguramente muchos lo recordarán por su protagónico en Hacia rutas salvajes, la película que
Sean Penn dirigió en 2007 y que si bien se conecta
con ésta en términos temáticos, difiere notablemente en su tratamiento narrativo, dramático y
formal. Una distancia inapelable: Penn recurre a
una historia extraordinaria, ubica a su personaje en
un ámbito de permanente novedad y lo moviliza
rápidamente en una especie de carrera de postas,
siempre hacia adelante y con un objetivo claro;
Gordon Green construye una situación que se
transforma en cotidiana, se vuelve rutinaria y
progresa a la velocidad que el entorno le permite.
Probablemente, una cuestión de clases marca esa
distancia: la aventura de Chris (Hirsch en Hacia
rutas salvajes) es voluntaria, no así la de Lance
(Hirsch en Prince Avalanche), que está ahí por
motivos laborales, una necesidad material concreta
que debe equilibrar con esas otras necesidades
espirituales que Chris puede priorizar precisamente porque ya tiene cubiertas las primeras.
El esfuerzo de Gordon Green por matizar las
emociones encuentra