Otro punto importante que trató Comenio era que la educación no debe ser el almacenamiento de datos en la memoria, sino ver cómo florece lo que plantaste en un niño, desarrollándose por estimulaciones con las experiencias adecuadas para cada caso. No se trata de que todas las personas del mundo obtengan “conocimiento de todas las ciencias y todas las artes, porque esto de por sí no es útil y por la brevedad de nuestra vida no es posible a ninguno”. “Sin embargo —añade Comenio—, todos deben conocer el fundamento, la razón y la finalidad de todas las cosas principales, naturales y artificiales, pues quien viene al mundo viene no sólo para ser espectador, sino también actor.”
NATURALIDAD, GRADUALIDAD, CICLICIDAD
Además, él planta tres ideas pedagógicas para sugerir el comportar que el maestro debe seguir para poder atender a la diversidad de sus alumnos: naturalidad, gradualidad y ciclicidad. Según Comenio, conocer es cosa naturalmente placentera y a ella aspiran todos. Si se respetara la naturaleza del hombre en general, aquí se habla también de la naturaleza de cada alumno, se obtendrían unos resultados maravillosos “sin golpes, sin rigor y sin coartación”, menciona Comenio, haciendo énfasis en no pedirle al niño lo que no puede dar, la educación debe ser de acuerdo con su edad. El niño aprende desde el primer momento, ya sea mediante educación o por sí mismo, más adelante es necesario profundizar las materias o temas tratados, retornando a ellas en los sucesivos ciclos de estudio, esto es la ciclicidad.
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