Número 8, Año 3
La obscuridad se sucede después a la luz: la muerte está
por todas partes; un poder terrible, incontrastable le ha
hecho, en un momento, reconcentrarse en sí mismo, y
sentir su nada en medio de aquella naturaleza irritada;
sentir a Dios, por decirlo de una vez, en la aterrante mag-
nificencia de sus obras. ¿Qué más colores para la paleta de
la fantasía? Masas de tinieblas que anublan el día, masas
de luz lívida, temblorosa, que ilumina un instante las ti-
nieblas, y muestra la pampa a distancias infinitas, cruzán-
dola vivamente el rayo, en fin, símbolo del poder. Estas
imágenes han sido hechas para quedarse hondamente
grabadas. Así, cuando la tormenta pasa, el gaucho se que-
da triste, pensativo, serio, y la sucesión de luz y tinieblas se
continúa en su imaginación, del mismo modo que cuando
miramos fijamente el sol, nos queda, por largo tiempo, su
disco en la retina.
nvolvente, inquietante, sostenido, perfecto.