Al día siguiente, nos dieron la hermosa noticia de que se había aprobado MEDIA SANCIÓN. El llanto, los gritos, la alegría, los saltos, el canto. Era simplemente hermoso.
Estábamos a pasos de ser libres por fin. La gente lloraba y se abrazaba por más que no se conocieran. Señoras, nenes, nenas, adolescentes: todos estaban felices y no paraban de cantar: 131 Afirmativo, 123 Negativo y ahí pasamos al senado.
TODO estaba verde.
Cualquier lugar al que ibas había alguien con el pañuelo, o lo encontrabas pintado en las paredes. Esto hizo historia, y vamos a recordarlo siempre.
Todos los noticieros hablaban de esta noticia. Yo fui a llevar a mi sobrina a la guardería. Una chica me miró con mi pañuelo verde, me sonrió y me dijo “¿viste que pudimos?”. Automáticamente sonreí.
Cualquier persona que pudieras ver con el pañuelo verde, estaba decaída y triste porque se había votado a favor del aborto clandestino. Se votó a favor que la mujer siga muriendo en esos lugares insalubres. Se votó en contra de los derechos de la mujer.
Ellos, nos quitaron todo que ya no nos pueden quitar nada más, pero acá estamos. Todavía firmes con los pañuelos atados en todos lados, porque si no fue este año será el próximo y si tampoco lo es, será el otro. Así hasta QUE SEA LEY.
Estoy luchando para que el Aborto sea legal por todas las mujeres de mi familia. Yo quiero que ellas sean libres y que puedan decidir sobre su cuerpo. Sobre qué hacer y qué no hacer.
Yo no quiero que el día de mañana una mujer de mi familia muera por un aborto clandestino y por eso lucho. Lucho por ellas y por mí. Porque no estamos solas, y nunca lo vamos a estar.
Ellos nos tienen miedo porque saben que nosotras ya no les tememos.
El 8 de agosto estaba en Senadores, no pude ir por temas personales pero mi corazón estaba ahí, con ellas. Seguía cada paso por la tele. Había mucha más gente que la primera vez. Llegó el momento y… no se aprobó. La gente lloraba. Estábamos tan cerca de todo esto. El llanto se veía y el dolor se sentía.
mundo y sociedad
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