En 1994 la iglesia católica, propuso incorporar en la convención constituyente la defensa de la vida desde la concepción.
Años más tarde, en el masivo encuentro nacional de mujeres de Rosario (2003) por primera vez una asamblea por el derecho al aborto votó un plan de lucha y coordinó acciones en diferentes provincias.
Con la vuelta del gobierno constitucional se abrió nuevamente el debate y en 1984 se celebró, por primera vez (luego de la dictadura), el 8 de marzo con un acto en Plaza Congreso en donde se veía algunos carteles que decían “No más muertes por Abortos”, “Aborto Libre”, “Nosotras parimos, nosotras decidimos”, etc.
Dos años más tarde, surgieron los encuentros nacionales de mujeres, un espacio de difusión y reafirmación de esta lucha y por fin en 1992 se presentó
un proyecto de ley sobre anticoncepción y legalización del aborto en el cual solo UN diputado votó a favor. Terrible, ¿ no ?
Allí empezó a gestarse lo que, dos años más tarde, sería la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto la cual reunió a más de 300 agrupaciones feministas, organizaciones políticas y personalidades que redactaron el proyecto de ley actual que levanta la consigna “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir”.
Durante toda esta lucha se empezaron a ver situaciones horribles: menores de edad siendo obligadas a ser madres, femicidios, etc.
Luego, entre 2007 y 2016, se presentó el proyecto 6 veces y en marzo de este año se presentó por séptima vez y obtuvimos 72 firmas de los distintos bloques.
El 13 de junio íbamos a salir a las calles… ¿Por qué? El Proyecto se trataba en Diputados. Cuando llegué, no eran ni las 11 y ya estaba todo el Congreso lleno. Imaginate para las 16.
Los cantos, los gritos, los carteles, la alegría. Te sentías protegida, cuidada. Sin miedo.
Iba caminando y me encontré con mucha gente toda de verde, con una sonrisa gigante en la cara. Amigos tomando mate en ronda, gente hablándose aunque no se conociera y compartiendo algo para comer. Nos apoyábamos, estábamos todas unidas. Algunas se quedaron haciendo vigilia y aunque el día estaba horrendo, ahí estaban: muriéndose de frío, pero luchando por sus derechos.
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