C(h)arácter Vol 2 May-June 2013 | Page 95

que cuando sienten algo, lo sienten de verdad, desde tremendos odios hasta romances mágicos, dijo Olsdad, maravillado. Después de un largo ritual de despedida, Juan soltó el cuerpo de Skrítek y decidió continuar con la misión. Dejaron el cuerpo del gnomo en la entrada de la puerta con la promesa de volver para sepultarlo de manera digna. La puerta estaba sellada con chapas de hierro, sin embargo Mirtle quemó sin mayor esfuerzo la puerta, derritiendo el hierro para continuar con el trabajo. Al entrar por la puerta se encontraron en un salón circular que tenía 25 puertas todas de distinta calidad y construcción. Juan no sabía cómo iban a pasar, pero Olsdad se acostó en el suelo pidiendo silencio. Apoyó la cabeza en el suelo, acomodando una oreja contra el suelo. Luego de estar en esta posición por 5 minutos determinó que debían entrar en una puerta que parecía oxidada y gastada por la falta de uso. De una patada Juan hecho la puerta abajo y descubrió que Osldad tenía razón por que vieron a lo lejos una inmensa tropa de batalla conformada por dragones, trolls y ogros. Juan, envuelto por la ira de la muerte de Skrítek, estaba dispuesto a luchar a muerte contra estos monstros, pero pacíficamente Olsdad le hizo saber que él tenía otra solución. El gnomo se levantó su gorro y sacó una bolsa que decía “DESENCANTANTE”. Luego de sacar la bolsa Skiold, el otro gnomo explicó: -Miren todos, la bolsa que tiene Olsdad, es un desencantante Fue un polvo mágico creado por los gnomos hace siglos. Ese polvillo logra desvanecer todo tipo de hechizos y encantos. Para eso, tomó aire y continuó - Como todos sabemos, los dragones, trolls y ogros están bajo un hechizo que los obliga a seguir las órdenes de las mouras, y con este desencantante los sacaremos del trance para que se unan a nuestra lucha- dijo entusiasmado -Pero es muy poco. ¿Cómo lograremos desencantar a tantos dragones y ogros, si el polvo es muy escaso?- refuto Juan -Para eso necesitamos la ayuda de los genios del agua y tuya Juanreplico Olsdad - Pues bien, necesitamos que ustedes, genios- dijo señalando a los seres del agua- diluyan el polvo con mucha agua, porque sólo de esta manera alcanzará, perderá un poco su intensidad pero el efecto durará cerca de una hora, que es justo lo que necesitamos. Después tu Juan y el resto de nosotros nos encargaremos de distraer a los monstruos mientras los genios le tiran el desencantante. -Hagámoslo de una vez. Se aventuró a decir Juan: Sin hablar más Mirtle moldeó con fuego un trozo de metal de la puerta 95