CHARLIE Y LA FÁBRICA DE CHOCOLATES | Page 78

Y al pozo cayó de cabeza, chillando como un loro. —¡Vaya por Dios! —dijo el señor Salt, mirando cómo su mujer caía por el agujero—. ¡Qué cantidad de basura habrá hoy! —la vio desaparecer por el agujero—. ¿Qué hay allí dentro, Angina? —gritó. Se inclinó un poco más hacia adelante. Las ardillas corrieron detrás de él... —¡Socorro! —gritó el señor Salt. Pero ya estaba cayendo hacia adelante, dentro del vertedero, igual que lo hicieran antes su mujer y su hija. —¡Dios mío! —gritó Charlie, que miraba junto con los demás a través de la puerta—. ¿Qué les sucederá ahora? —Supongo que alguien les recogerá en el fondo del vertedero —dijo el señor Wonka. —Pero, ¿y el incinerador encendido? — preguntó Charlie. —Sólo lo encienden cada dos días —dijo el señor Wonka—. Quizá este sea uno de los días en que lo dejan apagado. Nunca se sabe... Puede que tengan suerte... —¡Ssshhh! dijo el abuelo Joe—. ¡Escuchad! ¡Aquí viene otra canción! Desde el fondo del corredor se oyó un redoble de tambores. Entonces empezó la canción. ¡Veruca Salt, niña fatal Al vertedero se cayó Y tal como lo dispusimos En este caso, lo que hicimos, Fue dar el gran toque final. Deseando a sus padres suerte igual. ¡Veruca, qué será de ti! Y aquí debemos explicar Que encontrará, al llegar allí, Algo distinto a lo que aquí Veruca acaba de dejar. ¡Cosas muy poco refinadas A las que no está acostumbrada! Y como ejemplo, lo siguiente: Una cabeza maloliente De rancio y pútrido pescado Que la saludará encantada, ¡Hola, buen día! ¿Cómo estás? Y luego, un poco más abajo, Hay desperdicios a destajo. Un huevo duro, un diente de ajo, Medio filete, cinco gajos De mandarina, cuatro peras, Semipodridas, y una cosa Que el gato dejó en las escaleras. También dos lonchas de jamón Que huelen mal, medio limón Lleno de moho, un bollo seco Y un pan con mantequilla rancia Que huele a un metro de distancia. Y éstos serán, sí, los amigos Que Veruca mientras desciende Encontrará como testigos De sus caprichos. ¡Así aprende! Pero quizá penséis vosotros, No sin razón, que no es muy justo Que toda culpa y todo mal, Todo motivo de disgusto, Recaiga en Veruca Salt. ¿Es ella sola culpable? ¿Es ella única responsable? Pues aunque sí es muy malcriada, Terca, voluble y caprichosa Gritona y mal educada, Después de todo, ¿quién lo ha hecho Sino sus padres? ¿Hay derecho? A castigarla sólo a ella