Y al pozo cayó de cabeza, chillando como un loro. —¡Vaya por Dios! —dijo el señor Salt, mirando cómo
su mujer caía por el agujero—. ¡Qué cantidad de basura habrá hoy! —la vio desaparecer por el agujero—.
¿Qué hay allí dentro, Angina? —gritó. Se inclinó un poco más hacia adelante.
Las ardillas corrieron detrás de él... —¡Socorro! —gritó el señor Salt.
Pero ya estaba cayendo hacia adelante, dentro del vertedero, igual que lo hicieran antes su mujer y su hija.
—¡Dios mío! —gritó Charlie, que miraba junto con los demás a través de la puerta—. ¿Qué les sucederá
ahora?
—Supongo que alguien les recogerá en el fondo del vertedero —dijo el señor Wonka.
—Pero, ¿y el incinerador encendido? — preguntó Charlie.
—Sólo lo encienden cada dos días —dijo el señor Wonka—. Quizá este sea uno de los días en que lo
dejan apagado. Nunca se sabe... Puede que tengan suerte...
—¡Ssshhh! dijo el abuelo Joe—. ¡Escuchad! ¡Aquí viene otra canción!
Desde el fondo del corredor se oyó un redoble de tambores. Entonces empezó la canción.
¡Veruca Salt, niña fatal
Al vertedero se cayó
Y tal como lo dispusimos
En este caso, lo que hicimos,
Fue dar el gran toque final.
Deseando a sus padres suerte igual.
¡Veruca, qué será de ti!
Y aquí debemos explicar
Que encontrará, al llegar allí,
Algo distinto a lo que aquí
Veruca acaba de dejar.
¡Cosas muy poco refinadas
A las que no está acostumbrada!
Y como ejemplo, lo siguiente: Una cabeza
maloliente
De rancio y pútrido pescado
Que la saludará encantada,
¡Hola, buen día! ¿Cómo estás?
Y luego, un poco más abajo,
Hay desperdicios a destajo.
Un huevo duro, un diente de ajo, Medio filete,
cinco gajos
De mandarina, cuatro peras, Semipodridas, y
una cosa
Que el gato dejó en las escaleras.
También dos lonchas de jamón
Que huelen mal, medio limón
Lleno de moho, un bollo seco
Y un pan con mantequilla rancia
Que huele a un metro de distancia.
Y éstos serán, sí, los amigos
Que Veruca mientras desciende
Encontrará como testigos
De sus caprichos. ¡Así aprende!
Pero quizá penséis vosotros,
No sin razón, que no es muy justo
Que toda culpa y todo mal,
Todo motivo de disgusto,
Recaiga en Veruca Salt.
¿Es ella sola culpable?
¿Es ella única responsable?
Pues aunque sí es muy malcriada,
Terca, voluble y caprichosa
Gritona y mal educada,
Después de todo, ¿quién lo ha hecho
Sino sus padres?
¿Hay derecho?
A castigarla sólo a ella