Cuando quien más en falta está
Son ellos dos, mamá y papá?
Por eso mismo, hemos pensado
Que los culpables son los tres,
Y así los hemos castigado
A ellos también, pues justo es.
25 El gran ascensor de cristal
—¡Nunca he visto nada como esto! —gritó elseñor Wonka— ¡Los niños están desapareciendo como
conejos! ¡Pero no debéis preocuparon!¡Todos volverán a aparecer!
El señor Wonka miró al pequeño grupo que estaba junto a él en el corredor. Ahora sólo quedaban dos
niños, Mike Tevé y Charlie Bucket. Y tres adultos, el señor y la señora Tevé y el abuelo Joe.—¿Seguimos
adelante?—dijo el señor Wonka.
—¡Oh, sí! —gritaron al unísono Charlie y el abuelo Joe. —Me están empezando a doler los pies —dijo
Mike Tevé—. Yo quiero ver televisión.
—Si estás cansado, será mejor que cojamos el ascensor —dijo el señor Wonka—. Está aquí. ¡Vamos!
¡Adentro! Cruzó el pasaje en dirección a una puerta de doshojas. Las puertas se abrieron. Los dos niños y
los mayores entraron.
—Muy bien —exclamó el señor Wonka—, ¿cuál de los botones apretaremos primero? ¡Podéis escoger!
Charlie Bucket miró asombrado a su alrededor. Este era el ascensor más extraordinario que había visto
nunca. ¡Había botones por todas partes! ¡Las paredes, y aun hasta el techo, estaban cubiertos de filas y
filas de botones negros! ¡Debía haber unos mil botones en cada una de las paredes, y otros tantos en el
techo! Y ahora Charlie se percató de que cada uno de los botones tenía a su lado un diminuto cartelito
impreso diciendo a qué sección de la fábrica sería uno conducido si lo apretaba.
—¡Este no es un ascensor ordinario de los que van hacia arriba y hacia abajo! —orgullosamente el señor
Wonka—. Este ascensor puede ir de costado, a lo largo y en diagonal, y en cualquier otra dirección que se
os ocurra. ¡Puedo visitar con él cualquier sección de la fábrica, no importa dónde esté! ¡Simplemente se
aprieta un botón y... zing... se parte!
—¡Fantástico!—murmuró el abuelo Joe. Sus ojos brillaban de entusiasmo contemplando las filas y filas
de botones.
—¡El ascensor entero está hecho de grueso cristal transparente! —declaró el señor Wonka—. ¡Las
paredes, las puertas, el techo, el suelo, todo está hecho de cristal para poder ver el exterior!