Charles Dickens | Page 280

-Mi sitio no está ya allí, señorito Davy; y si alguna vez ha naufragado un barco desde que las tinieblas existen sobre la superficie del abismo, es este. Pero no, señorito, no; yo no quiero abandonarlo, ni mucho menos. Andamos otro rato en silencio, y después continuó: -Lo que deseo, señorito, es que esté siempre, día y no che, invierno como ve