-Uriah -respondió después de titubear un momentose las ha arreglado para hacerse el
indispensable. Es listo y está alerta. Ha adivinado las debilidades de mi padre, las ha
animado y se ha aprovechado de ellas; en fin, si quieres que te diga todo lo que pienso,
Trotwood, papá le tiene miedo.
Vi claramente que habría podido decirme más; que sabía o adivinaba más; pero no
quise causarle la tristeza de interrogarla; pues sabía que si callaba era por cariño a su
padre; sabía que desde hacía mucho tiempo las cosas tomaban aquel camino; sí,
reflexionando, no podía disimular que hacía mucho tiempo que aquello se preparaba, y
guardé silencio.
-Su influencia sobre papá es muy grande -dijo Agnes-; le demuestra mucha humildad y
agradecimiento; quizá sea verdad ...; así lo espero; pero, en realidad, se ha colocado en
una situación que le da mucha fuerza, y temo que se aprovechará de ella sin compasión.
Dije, indignado, que era un canalla, y por el momento aquello me calmó.
-En el momento de que hablo, cuando mi padre me hizo esa confidencia -prosiguió
Agnes-, Uriah le había dicho que tenía que dejarle; que lo se ntía; que era una cosa que le
causaba mucha pena, pero que le hacían muy buenas ofertas. Papá estaba más abatido y
agobiado por las preocupaciones que nunca, y parece ser que le tranquiliza mucho ese
expediente de asociación, aunque al mismo tiempo está como herido y humillado.
-¿Y cómo recibiste tú la noticia, Agnes?
-Espero haber hecho lo que debía, Trotwood. Estaba se gura de que era necesario para la
tranquilidad de papá que se llevara a cabo ese sacrificio; por lo tanto, le he rogado