Charles Dickens | Page 204

Su tono y sus miradas expresaban algo que no me resul taba agradable tratándose de aquel asunto; así es que dije, en tono más grave del que habíamos empleado hasta aquel momento: -Es tan virtuosa como bonita, y está prometida en matrimonio al hombre más excelente y digno. Además, la estimo tanto por su buen sentido como la admiro por su belleza. -¡Bien dicho! -exclamó