Sin embargo, quienes no echamos al olvido las
reservas de memoria sobre nuestro país, el Wallmapu, tenemos una responsabilidad que no es tan solo
con nuestras familias, sino con los kuifikecheyemNo
se trata de recuperar del Wallmapu tan sólo su materialidad para producir, sino también retomar el buen
vivir. Este kvme mogen se plantea convivir con respeto, armonía y complementación. Trasciende las nacionalidades y los grupos étnicos existentes en el territorio para su beneficio, salud y felicidad, por lo que
se opone a todos los intentos por controlar o someter.
lación de un invitado de piedra, mejor dicho un
allegado a la fuerza. La codicia y el poder, el césar
y Dios, cruzaron los mares para traernos no sólo su
civilización de la cual ostentan, sino sus enfermedades,
sus sistemas de creencias y de convivencia, a la cual
se nos introdujo cuando no nos hicieron desaparecer.
Desde los últimos 150 años -con guerras de
conquista de por medio- convivimos con sujetos
que se creen no sólo superiores, sino dueños de
las <> y de las gentes. El Wallmapu, así
como el Kurdistan, el Tawantinsuyo o el Tibet quedó
sepultado en la conciencia y lenguaje por la
creación de nuevas configuraciones político-jurídicas
bajo la forma de estados naciones, haciéndosenos
adscribir desde entonces a identidades centradas en
nacionalidades, que si bien se inspiran en la
igualdad o la fraternidad de quienes las conforman,
son las más excluyentes de los hombres y mujeres
preexistentes.
Hoy formamos parte de dos países cuya organización se estructura socio-racialmente. Quienes
vivimos de la tierra y la soberanía alimentaria que
esta otorga no contamos con la tierra suficiente
para las generaciones futuras. Quienes tuvimos que
migrar para integrarnos al sistema de convivencia
impuesto, con más o menos estudios, debemos
depender de jefaturas y salarios, inmersos en las
diversas subculturas que engendra el mundo
winka, desde donde también resistimos, creamos e
influimos.
Festival Internacional de Cine Indígena de Wallmapu
El Wallmapu está en nuestros corazones, en nuestra
memoria, también es parte constitutiva de nuestros
sueños y visiones. Nos impulsa a hundir en la tierra la
semilla, a reemplazar las plantaciones por bosques, a
liberar los ríos de las represas, a limpiar de desechos
los canales, islas y campos; a extraer de las cárceles
a sus hijos e hijas que la defienden. En fin, a escribir
declarativamente -en prosa o poesía- nuestros amor
y compromiso, así como lo hacen quienes desde el
cine se congregan en FICWALLMAPU 2016 llevando
más allá de sus fronteras temas que nos aquejan y
motivan, acortando de esta manera las distancia y los
silencios impuestos.
Volver a visibilizarnos como Wallmapu es una de las
tareas de este encuentro en lo cual coincidimos para
ir ganando protagonismo, comunicación, autogestión y autonomía para nuestra descolonización…en
esto necesitaremos mucha ¡luz!, ¡cámara! y ¡¡Acción!!
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