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Métotios de enseñanza 170 • Diseñar una secuencia de actividades de aprendizaje y su distribución en el tiempo, incluyendo las formas de seguimiento y evaluación. • Organizar el ambiente, seleccionando los materiales y los recursos. Cada uno de estos componentes guarda una estrecha relación y congruencia con los otros; su definición en la programación no es lineal, sino que es interdependiente; cada uno de los componentes incide o modifica a los otros. Si bien los propósitos y objetivos tienen un pape! orientador hacia los otros componentes (hacia dónde se quiere ir y qué se quiere lograr), el desarrollo de un programa incluye un "ir y venir" entre los mismos, y no es forzoso definirlos previamente a la organización de los contenidos. Gráficamente, la relación e interdependencia entre los componentes podría expresarse de la siguiente forma: Clarificar los propósitos educativos Definir los objetivos de aprendizaje. Diseñar la estrategia de enseñanza. Organizar el ambiente y los recursos. Un programa de enseñarla no debe entenderse como algo fijo, sino como una previsión y una explidtación de lo que se busca, 8 Programación de la enseñanza 171 comunicable, flexible y comprensible para todos (alumnos, pa- dres, otros docentes) identificando motivos, propósitos y medios. Evitando cualquier formato ortodoxo o formal, desarrollaremos en los próximos puntos los criterios básicos a tener en cuenta al elaborar definiciones para cada uno de estos componentes. CLARIFICAR LOS PROPÓSITOS Y DEFINIR LOS OBJETIVOS DE APRENDIZAJE Reflexionar y analizar qué se busca con la enseñanza particular, y definir qué aprendizajes se espera que los alumnos logren, constituye uno de los marcos de referencia para organizar y diseñar la enseñanza; permite al profesor clarificar sus intenciones al enseñar determinados contenidos y los aprendizajes que busca facilitar. Es importante recordar que una enseñanza es siempre una relación entre quien enseña y quienes aprenden. De este modo, los dos actores están presentes en esta primera definición, como dos caras de una misma moneda: • Los propósitos expresan las finalidades formativas o inten- ciones educativas del profesor a la hora de organizar su propuesta de enseñanza. • Los objetivos expresan los aprendizajes que se espera que los alumnos alcancen (asimilación de conocimientos, cambio conceptual, capacidades para la resolución de problemas, transferencia a las prácticas, trabajo cooperativo, habilidades, destrezas, etcétera). Durante algunas décadas, el papel de los objetivos de aprendi- zaje fue sobredimensionado (y deformado) por encima de la re- flexión sobre los propósitos o finalidades educativas. Se insistió hasta el cansancio en la importancia de definir objetivos de apren- dizaje en forma de conductas claras y específicas que los alumnos deberían lograr, con el supuesto de que, luego, sólo restaba "me- dir" el grado preciso en que los alumnos las habían alcanzado. A tal punto que la enseñanza de la didáctica pareció reducirse al en- trenamiento de los pRifesores para la redacción de objetivos analí- ticos u operativos (con lista de verbos a la mano), suponiendo que si el profesor "redactaba" objetivos claros, el resto venía asegurado