P ARTE III
Los PROCESOS ORGANIZADORES EN
LAS PRÁCTICAS DE ENSEÑANZA
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PROGRAMACIÓN
DE LA ENSEÑANZA
¿POR QUÉ PROGRAMAR?
Nadie inicia un viaje de vacaciones sin alguna previsión acerca
de adonde va, cdmo llegará al lugar, con cuánto tiempo dispondrá
y al menos con qué recursos deberá contar. Algunos organizarán
el viaje de modo estructurado, mientras otros pueden preferir el
turismo aventura y el desafío de lo imprevisto. Pero siempre habrá
algunas previsiones, aunque sea el botiquín de primeros auxilios.
Más allá de cualquier analogía impertinente, la enseñanza no es
una aventura turística y deberá ser prevista. Aunque existan
variaciones y contingencias en su desarrollo, enseñar es una tarea
demasiado importante en sus dimensiones social, cultural y
humana, como para optar por la simple aventura o confiar
excesivamente en la pericia de un timonel.
Como acción intencional, comprometida con propósitos de
transmisión cultural, dirigida a sujetos concretos en formación y
al logro de resultados de aprendizaje, la enseñanza no puede ser
improvisada. Por más creativo y experimentado que sea el
docente, es necesario que programe previamente el desarrollo de
las acciones.
Programar la enseñanza facilita:
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