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34 Méiodos de enseñanza a cambios vitales. Por ejemplo, cuando un bebé se sienta solo (aproximadamente a los seis meses) o cuando un adulto mayor tiene dificultades para caminar o no consigue correr más rápido, estos cambios de conductas no obedecen al aprendizaje. Aprender es necesario para lograr una adaptación activa al medio, desarrollando capacidades para extraer de él las máximas posibilidades y para expresar necesidades y potencialidades personales. Estas conductas abarcan tanto sus manifestaciones externas (como manejar un aparato, resolver un problema o alcalizar destrezas físicas en un deporte) como internas (como el ejercicio del pensamiento y las disposiciones socio-afectivas de solidaridad, responsabilidad y compromiso). Muchos aprendizajes se desarrollan de modo espontáneo, sin que medie una intervención consciente e intencional de otra persona que lo enseñe. Pero, aun en estos casos, ello no implica que el individuo aprenda aislado del medio social o en absoluta independencia de los otros. Todos los aprendizajes humanos se desarrollan con la influencia del medio, en relación con otras personas, incluyendo lo que se aprende en forma espontánea; por ejemplo, la imitación de los comportamientos de otro. Un importante caudal de aprendizajes desarrollados a lo largo de la vida requiere de la actividad intencional de otros que enseñen. Estos aprendizajes pueden ser de muy variadas características: asimilación de conocimientos, conceptos y he- rramientas culturales, como el lenguaje, desarrollo de capacidades de comunicación y expresión, de capacidades para la acción y del sentido práctico, habilidades intelectuales, disposiciones para trabajar con otros, construcción de nuevas experiencias y alternativas por la transferencia de lo aprendido a otros contextos o situaciones, desarrollo de la capacidad para aprender siempre y de la autonomía, entre muchos otros. La reflexión acerca del aprendizaje es necesaria para quienes busquen orientar y conducir los procesos de enseñanza, de modo de poder potenciarlo o facilitarlo. Con este propósito y desde esta intención, este capítulo no realizará una exposición de las diversas teorías académicas e investigaciones sobre el compor-tanuento humano en situaciones de aprendizaje. Sin duda, ésta 2 E/ aprendizaje 35 es una apasionante empresa para un lector ambicioso, pero nos aleja del marco de los intereses planteados. Por el contrario, se buscará analizar el aprendizaje en función de los desafíos de la enseñanza y de los factores críticos a tener en cuenta a la hora de enseñar. En otros términos, las cuestiones que aquí se tratan, se orientan a apoyar a quienes enseñan, identificando los principales núcleos comprensivos acerca del aprendizaje, que arrojen implicaciones educacionales para la enseñanza. LA DINÁMICA INDIVIDUAL Y SOCIAL DEL APRENDIZAJE El aprendizaje se mueve en un continuo entre los procesos individuales y sociales; aunque implica un resuhado individual, su desarrollo requiere siempre de una mediación social activa, sea de la influencia del adulto, de un profesor, de la interacción con otros, o en el intercambio social y con las herramientas culturales. La mediación social y cultural es, entonces, una condición crítica para facilitar el aprendizaje individual. La dimensión social del aprendizaje ha sido con frecuencia poco estimada en muchas de las investigaciones sobre el apren- dizaje (Gardner, 1988). Buena parte de las investigaciones que dominaron las discusiones especializadas hicieron un esfuerzo explícito por estudiar el desarrollo humano y el aprendizaje ais- lando al individuo del contexto y de las interacciones con otros. Las teorías clásicas del aprendizaje produjeron este aisla- miento entre el individuo y el medio, buscando diferenciar los comportamientos de origen innato de los aprendidos. Luego, la preocupación se centró en el estudio de la génesis del desarrollo individual, en particular del desarrollo de la inteligencia. Aun en los casos en que se resaltó la importancia de la influencia de los adultos y el papel de la instrucción, los estudios más difundidos o que dominaron el espacio del debate se centraron en la infancia, lo que también dificultó entender el aprendizaje de jóvenes y adultos en los distintos ámbitos culturales e institucionales.