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Méiodos de enseñanza
a cambios vitales. Por ejemplo, cuando un bebé se sienta solo
(aproximadamente a los seis meses) o cuando un adulto mayor
tiene dificultades para caminar o no consigue correr más rápido,
estos cambios de conductas no obedecen al aprendizaje.
Aprender es necesario para lograr una adaptación activa al
medio, desarrollando capacidades para extraer de él las máximas
posibilidades y para expresar necesidades y potencialidades
personales. Estas conductas abarcan tanto sus manifestaciones
externas (como manejar un aparato, resolver un problema o
alcalizar destrezas físicas en un deporte) como internas (como el
ejercicio del pensamiento y las disposiciones socio-afectivas de
solidaridad, responsabilidad y compromiso).
Muchos aprendizajes se desarrollan de modo espontáneo, sin
que medie una intervención consciente e intencional de otra
persona que lo enseñe. Pero, aun en estos casos, ello no implica
que el individuo aprenda aislado del medio social o en absoluta
independencia de los otros. Todos los aprendizajes humanos se
desarrollan con la influencia del medio, en relación con otras
personas, incluyendo lo que se aprende en forma espontánea; por
ejemplo, la imitación de los comportamientos de otro.
Un importante caudal de aprendizajes desarrollados a lo largo
de la vida requiere de la actividad intencional de otros que
enseñen. Estos aprendizajes pueden ser de muy variadas
características: asimilación de conocimientos, conceptos y he-
rramientas culturales, como el lenguaje, desarrollo de capacidades
de comunicación y expresión, de capacidades para la acción y del
sentido práctico, habilidades intelectuales, disposiciones para
trabajar con otros, construcción de nuevas experiencias y
alternativas por la transferencia de lo aprendido a otros contextos
o situaciones, desarrollo de la capacidad para aprender siempre y
de la autonomía, entre muchos otros.
La reflexión acerca del aprendizaje es necesaria para quienes
busquen orientar y conducir los procesos de enseñanza, de modo
de poder potenciarlo o facilitarlo. Con este propósito y desde esta
intención, este capítulo no realizará una exposición de las diversas
teorías académicas e investigaciones sobre el compor-tanuento
humano en situaciones de aprendizaje. Sin duda, ésta
2 E/ aprendizaje
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es una apasionante empresa para un lector ambicioso, pero nos
aleja del marco de los intereses planteados. Por el contrario, se
buscará analizar el aprendizaje en función de los desafíos de la
enseñanza y de los factores críticos a tener en cuenta a la hora de
enseñar. En otros términos, las cuestiones que aquí se tratan, se
orientan a apoyar a quienes enseñan, identificando los principales
núcleos comprensivos acerca del aprendizaje, que arrojen
implicaciones educacionales para la enseñanza.
LA DINÁMICA INDIVIDUAL Y
SOCIAL DEL APRENDIZAJE
El aprendizaje se mueve en un continuo entre los procesos
individuales y sociales; aunque implica un resuhado individual, su
desarrollo requiere siempre de una mediación social activa, sea de
la influencia del adulto, de un profesor, de la interacción con
otros, o en el intercambio social y con las herramientas culturales.
La mediación social y cultural es, entonces, una condición crítica
para facilitar el aprendizaje individual.
La dimensión social del aprendizaje ha sido con frecuencia
poco estimada en muchas de las investigaciones sobre el apren-
dizaje (Gardner, 1988). Buena parte de las investigaciones que
dominaron las discusiones especializadas hicieron un esfuerzo
explícito por estudiar el desarrollo humano y el aprendizaje ais-
lando al individuo del contexto y de las interacciones con otros.
Las teorías clásicas del aprendizaje produjeron este aisla-
miento entre el individuo y el medio, buscando diferenciar
los comportamientos de origen innato de los aprendidos.
Luego, la preocupación se centró en el estudio de la génesis
del desarrollo individual, en particular del desarrollo de la
inteligencia. Aun en los casos en que se resaltó la importancia
de la influencia de los adultos y el papel de la instrucción, los
estudios más difundidos o que dominaron el espacio del
debate se centraron en la infancia, lo que también dificultó
entender el aprendizaje de jóvenes y adultos en los distintos
ámbitos culturales e institucionales.